La Cuaresma está llegando a su fin.
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A «mimediana» noselehaquitadolasonrisadelacaradesdequellegamos. Desde el Miércoles Santo estamos en una casa de ejercicios de la Diócesis de Ávila con unas cuantas familias -en total en torno a 80 personas- para vivir la Semana Santa en un contexto rural, que nada tiene que ver con las comunidades urbanitas de las que procedemos. Se trata de estar atentos a las necesidades de la zona para que ningún pueblo, por pequeño que sea, se quede sin su procesión o su «lavatorio de los pies». Aunque somos familias creyentes, todos sabemos con qué facilidad las urgencias del día a día hacen que desviemos la mirada de lo verdaderamente importante. Por eso, el hecho de dejar nuestras casas y venir hasta aquí hace que sea más sencillo situar la fe en el centro y organizar la jornada en función de lo que estamos celebrando, poniendo los medios para que todo el mundo pueda vivir con intensidad estos días. Cuando el planteamiento es éste, suceden cosas asombrosas como que un grupo de adolescentes se levante a las tres de la mañana para asumir un turno de adoración en el pueblo vecino. Las escenas simpáticas son continuas. Lo mismo una peque de siete años le pide explicaciones al adulto que está junto a ella en la iglesia -y al que acaba de conocer- sobre si las chicas también pueden «hacer de apóstoles» en «el lavatorio», que otra de cinco que parece abstraída jugando con su osito durante el Viacrucis, de repente levanta la cabeza y te diga: «¿todo esto sucedió de verdad?» «Mi mediana» tiene una manera muy franca y muy directa de decir las cosas: «Estoy contenta porque me gusta estar con gente que piensa como yo de Jesús». Su comentario parece obvio pero a mí me ha hecho pensar en lo importante que es ofrecerles desde pequeños estas experiencias de comunidad. No todos pertenecemos a movimientos o parroquias dinámicas, con espacios en los que los niños encuentren su lugar. En estos casos, tener de vez en cuando experiencias fuertes de fe que nos ayuden a crecer a nivel personal y familiar, además de aportarnos formación es una manera estupenda de que nuestros hijos descubran el encanto que tiene sentir que eres parte de una gran comunidad. @amparolatre