Un día es una agresión a un maestro y otro día a un médico en un centro de salud, lo que evidencia que a menudo falta educación, auto control, o en definitiva habilidad para «saber estar» en las distintas situaciones de la vida.
Hoy vuelve a saltar a la palestra el asunto a raíz de un vídeo de Frank Martin, entrenador del equipo de baloncesto de la Universidad de South Carolina, cuya declaración de principios ha convertido su discurso (y el vídeo en el que lo anuncia) en un fenómeno viral.
Sus palabras no tienen desperdicio. Y aunque mi experiencia es que el ambiente en torneos escolares, si hablamos de baloncesto, no tienen nada que ver con el fútbol, sí es cierto que en ocasiones deberíamos aprender a estar más calladitos para dejar hacer al entrenador y al árbitro su papel y limitarnos nosotros al nuestro.
Se habla mucho de la cantidad de valores que se transmiten con el deporte, pero esto no es algo que el deporte aporte en sí mismo.
Solo avanzaremos en disciplina y capacidad de superación; solo aprenderemos a pensar en plural, a ganar pero también a perder si dejamos que el deporte nos ayude a ser mejores personas.
Pero, ojo, porque también puede suceder todo lo contrario. Puede suceder y de hecho sucede, que en ocasiones los entrenamientos lleven a la competitividad sin sentido y los partidos mal llevados a un anti testimonio.
Los que tenemos hijos en edades escolares sabemos que los padres no siempre damos el ejemplo que deberíamos. El mensaje de Frank Martin habla de algo que muchos vivimos de cerca y sobre lo que deberíamos de hacer auto crítica.
Pocas actividades como el deporte nos ofrecen un horizonte de ocio saludable tan interesante para nuestros hijos. Por no hablar de las posibilidades que existen en clave familiar. Aprovechémoslo y seamos más responsables en lo que hacemos y decimos delante de nuestros hijos. @amparolatre