La campaña de los Pokémon con Siria es lo que me faltaba. Desde que comenzó esta «chaladura» siento que envejezco a gran velocidad. Porque no entiendo nada de nada. El remate ha sido desayunarme hoy con las imágenes de los niños sirios acompañados de los monigotes de moda.
Si se trataba de llamar la atención, desde luego lo han conseguido. Pero creo que no tiene mérito. Es relativamente sencillo lograr que una imagen de la vuelta al mundo. Si por medio hay miseria y niños las probabilidades aumentan.

Sin embargo, pretender llamar la atención en este contexto me parece perverso porque desde el comienzo de la guerra en 2011, los niños sirios viven un auténtico infierno. Las oenegés calculan que el 27% de los muertos en el conflicto sirio son niños. Es decir, en estos cinco años, 57.000 niños han fallecido en el conflicto. Mezclar una realidad tan cruda con un juego tan bobo y por el que tanta gente termina haciendo tonterías me parece una broma de mal gusto. El objetivo es algo mucho más complicado que todo eso.
Ojalá este golpe de efecto mediático se acompañe de acciones más eficaces que sirvan para evitar sufrimientos a personas inocentes. De lo contrario, de nuevo nos habremos quedado en una moralina emocional y puntual, mientras nada cambia en nuestras vidas, ni en las suyas. @amparolatre