Al bajar, quería que «desplegara mis alas» y voláramos hasta el portal. «¡Que no te caes mamá. Confía!». Han sido de esas tardes en las que la imaginación manda y no hay más. No tienes nada que hacer, salvo rendirte a sus encantos.

Amparo Latre Gorbe - publicado el 19/01/17
Al bajar, quería que «desplegara mis alas» y voláramos hasta el portal. «¡Que no te caes mamá. Confía!». Han sido de esas tardes en las que la imaginación manda y no hay más. No tienes nada que hacer, salvo rendirte a sus encantos.
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