Mi madre lo negará si le preguntamos, pero lo cierto es que durante la adolescencia, aprovechaba nuestros paseos a orillas del mar para plantear cuestiones delicadas.
Discusiones familiares, amistad, sexo, vocación personal y profesional, amores…. De todo ello saben las olas del Mar Mediterráneo.
Este verano me he sorprendido a mí misma abordando diferentes cuestiones utilizando la misma estrategia que mi madre, con mis hijos.
A medida que van creciendo te das cuenta de que sus difirencias también tienen que ver con el modo de comunicarse. Si uno sale del colegio y rápidamente “vomita” todo lo que ha sucedido, otro va soltando lastre en pequeñas dosis a medida que avanza la tarde. Mientras a uno le cuesta horrores entrar en el plano de las emociones y compartir cómo le hacen sentir las cosas, otro puede escribir páginas y páginas sobre ello con una precisión increíble. Toda esta información que obtengo a base de observar mucho, me lleva una vez más a la conclusión de siempre. Qué importante que es “estar”, porque cada uno se comunica a ritmos distintos y en momentos diferentes y si pensamos que todo lo importante nos lo van a contar cuando les arropamos al ir a la cama estamos muy equivocados.
Solo cuando sientan que estamos receptivos, ellos abrirán su corazón. No solo para compartir las cosas importantes de la vida, sino para acoger lo que nosotros queremos que transmitirles.
El mar o la montaña, que probablemente hayamos visitado estas vacaciones ofrecen un entorno ideal para relajarse y mantener largas conversaciones, pero es fundamental que descubramos estos espacios también en medio de la rutina del curso. No hace falta estar mirando al mar, simplemente tener un poco de tranquilidad. El momento del baño, la cena, o un rato juntos mientras vamos a comprar el pan puede ser suficiente para acompañar a nuestros hijos en cuestiones que no se resuelven de un plumazo. La relación con los amigos, la seguridad o determinados conflictos familiares son cuestiones a las que hay que prestar atención permanente y que no podemos dar por zanjados en una sentada. Acaba de comenzar el curso y uno de mis propósito para trabajar en los próximos meses va a ser cuidar estos momentos. @amparolatre