Me parece preocupante la facilidad con la que los padres nos dejamos llevar por las modas en temas que tienen que ver con la educación de los hijos. Deberíamos tener más conocimiento de lo que nuestros hijos hacen en el colegio, más formación respecto a lo que necesitan y más seguridad respecto a qué es lo que queremos ofrecerles.
Mi marido y yo terminamos hablando de todo este hace unos días a propósito del «mindfulness», tan de moda últimamente. De la noche a la mañana muchos colegios tienen extraescolares con este nombre y si no es así, ya están buscando quién lo imparta, respondiendo a la demanda de los padres. Hace poco leía también una noticia que hablaba de estas técnicas como sustitutas del castigo.

Y yo pensaba ¿qué tendrá que ver la velocidad con el tocino? Porque una cosa es que enseñemos a nuestros hijos a estar en silencio, a concentrarse, a meditar o a mirar en su interior y otra distinta que aprendan que cualquier acto tiene unas consecuencias. Es verdad que lo primero puede ayudarles a no cometer el mismo error cuando vuelva a darse una situación parecida, pero en mi opinión no es lo mismo.
Trabajar la meditación, el autocontrol o la concentración siempre es positivo, a cualquier edad. Pero en muchos colegios donde se ofrece formación religiosa a los niños, eso lleva haciéndose años. Cualquier proyecto que introduzca a los niños en la oración, engloba también lo que ahora viene ofreciendo el «mindfulness» como si fuera algo novedoso. Puede serlo para quien no haya tenido una experiencia así o para aquellos centros en los que se plantee desligado de la religión y por supuesto implica un enriquecimiento en la formación. Pero en los centros con un ideario religioso existe un riquísimo patrimonio en este sentido. Decía la Madre Teresa de Calcuta que el fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. Y el fruto del servicio es la paz. Pues eso, que mucha paz. Los padres deberíamos tenerlo en cuenta para estar tranquilos cuando llegan ofertas de este tipo, con las que a menudo «nos volvemos un poco locos». @amparolatre