Me he dado cuenta de que mi benjamina tiene las últimas camisetas que ha utilizado dadas de sí.
¿Por qué?
Pues todo tiene una explicación.
Tenemos una prima recién nacida, Iris. No la conocemos personalmente pero la tecnología ahora nos permite seguir en tiempo real los grandes acontecimientos de la vida, aunque sea en la distancia. Y ya hemos visto que es un bebé grande y que tiene una carita preciosa.
Así que Sara, que tiene claro que de mayor quiere ser matrona, ha vuelto a jugar a dar a luz.
Sí sí, como os lo cuento. Si ya el final de curso es de volverse loco, a mis días solo les faltaban un par de partos cada tarde. Porque claro, yo tengo que asistirla, hacerle respirar, controlar las supuestas contracciones, indicarle que empuje y cortarle el cordón.
Por no hablar del post parto. Sara le da de mamar, abraza mucho al bebé, le saca los gases y nos manda callar para que descanse sin sobresaltos.
Y como su nueva prima ha nacido con bastante talla, Sara ha escogido para sus últimos partos, el muñeco más grande que tiene. De manera que sus camisetas en un par de tardes se han estirado bastante. Qué le vamos a hacer. Todo sea por alimentar la vocación de esta chiquilla, que en los últimos partos, sin que nadie le diga nada ya coloca el muñeco hacia abajo. Porque, aunque sea jugando, si podemos evitar una cesárea, pues mejor que mejor. ¿No os parece? @amparolatre