«En este Día Internacional de las Familias, propongámonos promover el desarrollo sostenible mediante la creación de un entorno propicio en el que todos los miembros de todas las edades de la familia puedan desarrollar su potencial de contribuir a nuestro mundo». Es el mensaje del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, para esta jornada.
Es un mensaje institucional que, según como se mire puede resultar un poco frío. Sin embargo, al leerlo pienso que si hay un momento en el que mis hijos abren aún más esos ojazos que tienen es cuando les «meto caña cariñosamente» y les digo que el mundo necesita gente como ellos, de corazón grande, que tenga ganas, ilusión e ideas para dejar huella.
- » ¿Y qué podemos hace nosotros?».
- «Pues de momento, no perder ni una de las ocasiones que se nos presentan a diario para hacer el bien, entrenarte en la generosidad, la valentía o el compromiso».
Intento cortar pronto el rollo para no convertir una conversación interesante en una «chapa» infumable y cuando consigo mantener ese equilibrio noto que esa invitación a comerse el mundo les estimula y les sienta bien. Creo que no descubro nada si digo que este tipo de diálogos inspiradores que hacen que las personas saquemos nuestra mejor versión, suelen producirse en ámbitos reducidos, con gente con la que tenemos mucha confianza y con la que nos abrimos completamente. Es decir, en el ámbito familiar.
El Día Internacional de la Familia llega después de una semana en la que el Instituto de Política Familiar en España ha alertado sobre las graves consecuencias del parón demográfico, una circunstancia que empieza a ser un problema en muchos países y cuya consecuencia directa es la quiebra del sistema de bienestar. No es ésta la única institución que apunta que la salida a la crisis económica pasa entre otras cosas por políticas de apoyo a la familia, que es donde se realiza la verdadera educación en valores. Sobre esta cuestión en concreto habla el último post de mi amiga Laura Otón, que me ha encantado. Os lo recomiendo.
El Día Internacional de la Familia llega también después de una semana en la que una política del país en el que vivo ha afirmado que el modelo tradicional de familia es «conservador y pobre» y que sería deseable la crianza de los hijos en «tribu», donde se tuvieran y criaran en común. Sus declaraciones han sido muy controvertidas y han suscitado bastante burla en redes sociales. Yo he echado de menos en medio del debate a quien alce la voz en defensa de los niños y de sus derechos.
Afortunadamente la familia es conservadora. Que le pregunten a la cantidad de personas que se han quedado sin trabajo si habrían podido conservar cierta normalidad, sin el colchón que supone la red familiar (no solo económico). Que me digan a mí cómo podría conservar la sana costumbre de salir de vez en cuando con mi marido, de no ser por los abuelos. Que le pregunten a mis hijos quién y cómo les ha ayudado a ganar sus batallas más o menos vitales. Hemos encontrado muchas ayudas en maestros, amigos, profesionales, pero no me voy a quitar mérito. Desde luego, ha sido en casa donde las hemos ganado. Afortunadamente la familia es conservadora y eso es lo que la convierte en una institución verdaderamente progresista. @amparolatre