Hoy los buenos días han sido que estoy muy guapa “de cuello para arriba”. ¿Cómo lo veis?
Tanta sinceridad me desborda.
“Mi adolescente favorita” raramente aprueba mi atuendo. Es lo que hay; qué le vamos a hacer. Que si visto rara, que si llevo chaquetas de hombre (americanas), que si debería llevar faldas más cortas… Pues va a ser que “no”.
Menos mal que acto seguido me ha dicho que el pedazo de herpes que me ha salido en el moflete me queda muy bien. Toma ya, esto sí me ha levantado el ánimo.
De vez en cuando me sale un herpes en el labio, pero lo de esta vez han sido palabras mayores. Los últimos días he tenido la cara hecha un cuadro, a mi mediana, sin embargo, le parece que incluso me favorece. Me lo tomaré como un piropo.
Aunque algunos de estos comentarios a veces me choquen, en el fondo me encantan. Porque son fruto de la confianza que hay entre las dos y de la inocencia que “mi mediana” tiene todavía, a los once años. A Dios gracias.
El baile de hormonas empieza a ser más que evidente y la pérdida de la inocencia es solo cuestión de tiempo, pero espero que la confianza sea algo que no desaparezca nunca. Aunque eso suponga tener que escuchar continuamente comentarios sobre mis ojeras, mis patas de gallo o lo flaca que estoy.
No me importa, si los días acaban como el de hoy. Cuando he ido a taparle y a darle las buenas noches me ha dicho con una sonrisa: “qué mona eres”. Llegar al último minuto del día con este “buen rollo”, cada día parece más complicado, pero cuando lo conseguimos sabe a gloria. Si hoy ha podido ser, podrá ser otros días también. Y yo no voy a dejar de intentarlo, aunque solo esté guapa “de cuello para arriba”. @amparolatre