Ir al cine en familia nunca nos defrauda. Aunque en la última ocasión he de comentar un “pero”.
El mundo de la discapacidad suscita mucho interés en mis hijos. Los tres van a un colegio de integración y las dificultades de estos niños y sus familias, así como las particularidades que les hacen únicos, están continuamente en nuestras sobremesas.
Por eso no hemos querido dejar pasar más tiempo para ir a ver “Campeones”, la última película de Javier Fesser que da visibilidad a las personas con discapacidad intelectual a partir de la historia de superación de un equipo de baloncesto y de su entrenador, interpretado por Javier Gutiérrez.
No sería la película que habría escogido para ir al cine con Sara, de 5 años. Pero pensé que tampoco habría en la historia nada que ella no pudiera ver.
Salvo algún taco así fue.
Sin embargo, al planificar la tarde no caí en la cuenta del ratazo de publicidad previo a la proyección de la película. Escenas subidas de tono, tiros… tanta cautela en casa con estas cosas y en un pis pas se va todo al garete.
Estaba yo en mi butaca muerta de pena cogiendo la manita de Sara, que estaba sentada junto a mí, cuando he notado que ella soltaba mi mano -algo que no hace jamás-. Yo no le había hecho ningún comentario sobre las imágenes que estábamos viendo, pero fue ella la que no quiso verlas. Se tapó la cara y me pidió que le avisara cuando empezara la peli.
Su reacción me ha hecho pensar y sobre todo ha hecho que me sienta muy orgullosa de esta peque, que ya se me está haciendo mayor.
“Campeones” nos ha hecho pasar un rato estupendo y nos ha dado pie a una conversación larguísima sobre todo lo que hemos visto. A mí en particular me deja un reto importante, el de hacer pensar a mis hijos sobre el lenguaje que utilizamos para nombrar y explicar lo que nos sucede.
Aunque son pequeños sí perciben que hay expresiones políticamente correctas y otras que no lo son, así que hay veces que quieren decir un montón de cosas pero unos a otros se mandan callar porque han dicho “discapacidad”, en lugar de “otra capacidad” o porque no han dicho antes la palabra “personas”.
Viéndolos actuar me pregunto si no nos estaremos pasando un pelín. Cuando se habla con respeto y no se está diciendo ninguna barbaridad debemos fomentar la naturalidad para poder compartir todo lo que sentimos. Sara a los protagonistas de la película les llama “personas que tienen un problema”. Es su manera de resumir un tema tan complicado.
En un primer momento le hice ver que todos tenemos, no un problema, sino varios. Y que en concreto en la película el que tiene el problema más complejo es el entrenador. Pero hecha la reflexión, creo que no está nada mal la manera en la que Sara resuelve el dilema. Al fin y al cabo solo tiene 5 años y muchas veces los adultos tampoco sabemos cómo hacerlo. @amparolatre