Irene se despidió ayer del coro del que forma parte, hasta el próximo curso.
Volvíamos a casa hablando de lo bien que lo había pasado y de repente le cayeron dos enorme lagrimones.
Influyó que estaba cansada y también la edad -a los once años las chicas están en muchos casos en clave adolescente-. Pero dejando a un lado este tipo de circunstancias, lo que percibí es lo importante que esta experiencia ha sido para mi hija.
Llegó al coro casi de casualidad, pero se ha convertido sin lugar a dudas en la experiencia del año para ella. Cantar le relaja, le divierte, le ayuda a evadirse de todo lo que tiene que ver con los deberes y los exámenes, que en su caso es fuente de bastante estrés.
Cuando quiere darnos una sorpresa, prepara un baile o compone una canción. Cuando quiere animarse después de una discusión con su hermano o conmigo se encierra en la habitación y canta. Para empezar el día con buen pie, pone la radio todo lo alto que es capaz de negociar (es la primera batalla del día: «¡baja la música!»). Claramente ha encontrado en la música un lenguaje, que le relaja cuando no hay palabra que valga, que le anima cuando yo no soy capaz de hacerlo o que le ayuda a olvidarse de sus preocupaciones. Porque hay batallas a estas edades que se libran en el corazón y la música va directa, donde las palabras no siempre son capaces de llegar.
Formar parte del Coro de la Comunidad de Madrid le ha permitido conocer a otras niñas que, como ella, disfrutan mucho cantando. Preparando los conciertos ha aprendido, sin darse cuenta, mucho más que una partitura.
Aunque esté hasta arriba de deberes, por nada del mundo falta a un ensayo, porque cantar le hace sentir bien. Esta es una de las grandes certezas de mi mediana de once años.
Para su padre y para mí ha sido un sacrificio, pero estamos encantados. Ojalá seamos capaces por mucho tiempo de hacer este encaje de bolillos imposible para ofrecer a nuestra hija mediana la oportunidad de seguir creciendo gracias a la formación musical.
Con la llegada del verano, hoy se celebra el Día de la Música. Quiero aprovechar esta jornada para recordar todo lo que este arte nos aporta y para compartir con los que me seguís todo lo que nos ayuda en casa a expresarnos, a emocionarnos, a comunicarnos y también a reconciliarnos. Bendita música. @amparolatre