Abuelos catequistas

En el colegio de mis hijos, como en el de tanta gente, vayas a la hora que vayas te encuentras con abuelos que llevan o recogen a sus nietos. Y no solo a las nueve de la mañana o a las cinco de la tarde.

También los ves a media mañana porque son ellos los que acuden a deshoras cuando un peque se pone enfermo.

Bueno, eso en el caso de las familias que tienen la suerte de tener cerca a los abuelos.

Pensaba esta mañana en la de veces que recurrimos a ellos para las urgencias, que no siempre son los asuntos más importantes de la vida, olvidándonos de implicarles en cosas más importantes y en las que seguro que aportarían la sabiduría y experiencia que solo tienen las personas de cierta edad.

Afortunadamente, antes de que los responsables de la pastoral del colegio de mis hijos descartaran la posibilidad de que los padres puedan colaborar en la catequesis de Primera Comunión, debido a la falta de personas con disponibilidad para ello, surgió la idea de implicar a los abuelos. Y como siempre sucede, a los pocos minutos de lanzar la propuesta ya había varios valientes ofreciendo su tiempo, sus conocimientos y su experiencia. La verdad es que así da gusto.

Esa actitud suya de estar siempre a punto para salvarnos la vida a los padres acelerados del S.XXI (algo tendremos que hacer porque esto no es bueno para nadie) a mí me gusta, me hace pensar y también desear ser como ellos, cuando otros demanden algo que yo pueda ofrecer. Me recuerda también el lema de los scouts de mi parroquia que gritan, “¡Siempre a punto!”. Nunca he sido scout, pero cuando era una adolescente su santo y seña me encantaba.

La actitud de nuestros mayores les diferencia de nosotros, “correcaminos” incapaces muchas veces de pararnos a mirar las cosas con profundidad, y me parece que esta manera de estar es precisamente parte de su sabiduría. Me consuela pensar que seguro que ellos también corrieron de un lugar para otro a nuestra edad y que tanto lo suyo como lo nuestro es parte de las diferentes etapas de la vida.

Dice un proverbio galés que el amor perfecto a veces no llega hasta el primer nieto. Pues eso: que yo, a veces también, quiero ser abuela y, mientras tanto, lo que quiero es estar mucho con ellos para ver si se me pega algo. @amparolatre