El Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) publicó el 4 de noviembre de 2025 la nota doctrinal Mater Populi Fidelis, dedicada a ciertos títulos atribuidos a la Virgen María, en particular los de "corredentora" y "mediadora". El texto, de aproximadamente veinte páginas y de marcado carácter teológico, busca clarificar la posición del Magisterio sobre el estatus y el papel de María, recordando que, según la fe católica, °solo Dios puede conceder la gracia". El documento, redactado durante el pontificado del Papa Francisco y aprobado por León XIV, fue presentado en Roma en una conferencia interrumpida por las intervenciones de un activista italiano, síntoma de los enfrentamientos que estos temas siguen provocando entre diversos grupos católicos.
La aclaración del Vaticano surge después de que, durante varias décadas, los fieles y los grupos de espiritualidad mariana hayan solicitado una definición dogmática de ciertos títulos de la Virgen María, madre de Jesús, en los Evangelios. Estas peticiones, al igual que las controvertidas apariciones de Ámsterdam, han alimentado un debate recurrente dentro de la Iglesia. Con esta nueva obra, el objetivo era superar dos extremos: el "maximalismo", que diviniza a María, y el "minimalismo", que la reduce a un mero símbolo, explicó el prefecto del Dicasterio, el cardenal Víctor Manuel Fernández, al presentar la nota este martes.
Mater Populi Fidelis (Madre del Pueblo Fiel) también aborda una preocupación ecuménica: evitar formulaciones marianas que puedan ofender a otros cristianos, en particular a protestantes y ortodoxos. La figura y el papel de María son objeto de debate y representan uno de los puntos de controversia entre las diferentes denominaciones.
En el documento, la DDF repasa diversos títulos marianos —corredentora, mediadora, madre de todas las gracias, madre de los creyentes, madre de los fieles— y busca aclarar ciertos usos para evitar malentendidos. "El objetivo no es corregir, sino valorar, admirar y alentar la piedad del pueblo fiel de Dios", explica la nota, haciendo hincapié en el lugar singular de María en la fe.
A pesar de estas precauciones, la conferencia de presentación fue interrumpida repetidamente por un católico sardo, quien acusó al prefecto de traicionar la tradición de la Iglesia y afirmó que "este documento no agrada a Dios". El cardenal Fernández replicó que los temas relacionados con la "gracia y la redención" habían provocado las controversias y reacciones más intensas de la historia de la Iglesia. Asimismo, señaló que León XIV había aprobado el texto tanto como cardenal miembro del dicasterio el 26 de marzo como papa el 7 de octubre.
Corredentora: un término inapropiado

La aclaración más precisa del texto se refiere al término "corredentora": para la guardiana del dogma, el uso de este título es "inapropiado" y genera "confusión y desequilibrio". Según la Iglesia católica, solo Jesús es el redentor, lo que significa que solo el Hijo de Dios salva a la humanidad, como reiteró el cardenal Fernández.
Si bien algunos pontífices han utilizado este título "sin detenerse demasiado en explicarlo", como Juan Pablo II, la DDF cita al Cardenal Joseph Ratzinger (el futuro Benedicto XVI), quien se pronunció públicamente en contra del uso de este título cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y al Papa Francisco, quien "expresó claramente su posición" en contra de su uso.
El término "mediadora", por su parte, requiere "especial cautela", según la Santa Sede. Puede referirse a "ayuda, intercesión", pero "de ninguna manera pretende añadir eficacia o poder a la mediación única de Jesucristo". La mediación de María no se debe a "una debilidad, incapacidad o necesidad de Cristo", insiste la nota, afirmando que "ni la Iglesia ni María pueden reemplazar ni perfeccionar" la obra redentora de Dios, "que fue perfecta y no necesita añadidos".
El DDF expresa otra reserva sobre el término "mediadora de todas las gracias", citando nuevamente al cardenal Ratzinger, quien no era partidario de su uso. "Solo Dios puede conceder la gracia", insiste el Vaticano. Insta a evitar cualquier descripción que pueda sugerir "una especie de efusión gradual de la gracia, como si la gracia de Dios descendiera a través de diversos intermediarios", o que pueda designar a María como "una distribuidora de bienes o energías espirituales, ajena a nuestra relación personal con Jesucristo".
Roma también quiere prohibir las expresiones que presenten a María como "una especie de pararrayos ante la justicia del Señor, como si María fuera una alternativa necesaria ante la insuficiente misericordia de Dios". En julio de 2024, al autorizar la promoción de las apariciones marianas italianas conocidas como la "Rosa Mística de Fontanelle", la DDF ya había advertido contra expresiones inapropiadas que sugirieran que la Virgen María era una "mediadora pararrayos".
La cooperación de María, una maternidad espiritual
El documento destaca la especial "cooperación" de María en la salvación de Jesús como una "maternidad espiritual" hacia la humanidad. Afirma que la presencia de María en la vida cotidiana de los fieles es "mucho mayor que la cercanía que cualquier otro santo pueda tener", pero siempre subordinada a Jesús.
Roma advierte a los católicos contra cualquier visión de María que "los aparte de Cristo o la coloque al mismo nivel que el Hijo de Dios". La maternidad de la "Madre de los creyentes" no pretende "debilitar" la devoción a Jesús, sino "estimularla". El texto aclara además: "Nada de lo anterior ofende ni humilla a María. [...] Para ella, no hay otra gloria que la de Dios".
La DDF aclara además que, incluso cuando fenómenos considerados sobrenaturales han recibido un juicio positivo de la Iglesia, si estos fenómenos dan lugar al uso de expresiones o títulos erróneos, no se convierten por ello en objetos de fe. Como ocurre con cualquier aparición, "los fieles no están obligados a dar su asentimiento".











