Es una escena de alegría y alivio tras el horror. Sophia Forchas, de 12 años, quien casi fue asesinada a tiros durante la Misa inaugural en la Escuela Católica Annunciation en Minneapolis, EE. UU., el 27 de agosto, fue dada de alta del hospital el 23 de octubre. Los médicos temían que la adolescente se convirtiera en la tercera persona en morir en el horrible tiroteo perpetrado por un hombre transgénero, que dejó dos muertos y 21 heridos.
La familia está abrumada de gratitud.
Sus padres y médicos describieron su progreso en el hospital como "milagroso". "Solo han pasado unos dos meses desde este terrible suceso", declaró a los medios locales el Dr. Walt Galicich, neurocirujano que ayudó a tratar a Sophia. "Y verla caminando con ganas de volver a casa y a la escuela es realmente asombroso".
Sophia salió del hospital llena de alegría. Antes de ir a ver a sus amigos de la Escuela de la Anunciación, se aseguró de visitar a sus médicos en otro centro médico donde había estado ingresada este verano.
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"Estamos abrumados de gratitud hacia los extraordinarios profesionales de la salud cuya habilidad, compasión y dedicación inquebrantable nos han traído a este momento", escribieron sus padres, Tom y Amy Forchas, en una publicación en una página de recaudación de fondos de GoFundMe dedicada a la familia, agradeciendo a los médicos, neurocirujanos y terapeutas de rehabilitación de Sophia durante su estadía en el hospital.

Aunque Sophia recibió el alta hospitalaria, aún necesita continuar con su terapia ambulatoria. "El camino hacia una recuperación completa aún es largo. Sin embargo, nos llena de una alegría indescriptible ver cómo su habla mejora día a día, cómo su personalidad vuelve a brillar y cómo puede caminar, nadar e incluso driblar una pelota de baloncesto", dijeron sus padres.
La familia también agradeció a todos por sus constantes oraciones, su inmenso amor y su apoyo a Sophia: "Cada paso que da es un testimonio vivo de la infinita gracia de Dios y del poder milagroso de la oración. (...) Sus oraciones han sido una fuente inagotable de consuelo, esperanza y sanación para toda nuestra familia. Estamos seguros de que Dios las ha escuchado a todas".











