Los católicos suelen celebrar el Día de Todos los Santos yendo a la iglesia y visitando el cementerio. Pero en muchas comunidades de la península Ibérica, este ritual anual viene acompañado de otra tradición arraigada: hornear galletas con los huesos del santo.
Conocidos en español como "Huesos del Santo", estos dulces con forma de hueso se elaboran con almendras, azúcar y huevos, y se rellenan con crema pastelera de yema. Su origen se remonta al menos al siglo XVII: se mencionan en un libro de cocina de 1611 del escritor y chef español Francisco Martínez Motiño.
Según la tradición, fue un monje benedictino quien introdujo por primera vez estos dulces con forma de tronco para fomentar el cambio de costumbres paganas hacia las celebraciones cristianas del Día de Todos los Santos.
Se animaba a los creyentes a hornear "huesos del Santo" y compartirlos con su comunidad como parte del ritual anual del Día de Todos los Santos. Estos dulces servían como recordatorio culinario de las reliquias de los santos. Con el paso de los siglos, estos "huesos" también se asociaron con el Día de los Fieles Difuntos.

Como explica Juan Manuel Albelda, propietario de Obrador San Telésforo, empresa de mazapán toledano con 250 años de antigüedad, comer estas galletas con forma de hueso durante el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos es una forma de recordar a los que han fallecido.
“Sirven como una forma de respetar a los que han fallecido y demostrar que no los hemos olvidado”, explicó Albelda en una entrevista con Atlas Obscura.
Y, de hecho, durante los últimos 250 años, estos dulces con forma de hueso, horneados en casa o en pastelerías, han acompañado a los católicos españoles en su celebración del Día de Todos los Santos, desde ir a la iglesia hasta visitar el cementerio. La tradición incluso ha traspasado fronteras y se ha popularizado fuera de España: se cree que la tradición mexicana del "pan de los muertos" evolucionó a partir de los "huesos del Santo", galletas traídas al Nuevo Mundo por los españoles.
Recientemente, la receta centenaria de los "huesos del santo" se ha ampliado para incluir nuevas versiones rellenas de crema de café, vainilla o chocolate. Pero según Albelda, es la versión original, hecha con una cáscara dura de mazapán y un interior blando de yema de huevo, la que sigue siendo la más popular casi 500 años después de su invención.
Para hornear “Huesos del Santo” en casa, sigue esta receta:
Ingredientes
Mazapán:
4 tazas de harina de almendras
2 ½ tazas de azúcar en polvo
½ taza de agua
1 cucharada de miel (opcional)
1 cucharadita de ralladura de limón
Relleno de crema de yema:
4 yemas de huevo
½ taza de azúcar
¼–⅓ taza de agua
Preparación
Primero, prepare el mazapán mezclando la harina de almendras, el azúcar, la ralladura y la miel. Añada agua caliente poco a poco y amase hasta obtener una masa suave. Refrigere de 1 a 2 horas. Luego, prepare el relleno. Hierva el azúcar y el agua hasta formar un almíbar. Vierta lentamente sobre las yemas batidas, batiendo constantemente. Cocine a fuego lento hasta que espese. Deje enfriar. Vuelva al mazapán y córtelo en "huesos". Extienda el mazapán hasta que tenga un grosor de 3 mm.
Corte tiras, envuélvalas alrededor de una varilla fina (5 cm) y séllelas. Deje secar unas horas.
Para terminar, coloque la crema de yema en cada “hueso”.











