Una voz profética anuncia, desde el Vaticano, la esperada fórmula para el resurgimiento de la nación sudamericana: “¡Querida Venezuela, pasarás de la muerte a la vida!”. Lo señaló el cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede, monseñor Pietro Parolin.
Lo hizo durante una emotiva homilía al presidir en la basílica de San Pedro la primera Misa de acción de gracias por los nuevos santos venezolanos: la madre Carmen Rendiles y el Doctor José Gregorio Hernández.
Don Pietro, como le llaman afectuosamente al arzobispo, conoce excepcionalmente bien a la nación. En efecto, fue nuncio apostólico allí durante cuatro años, tiempo durante el cual logró tender puentes mientras se fraguaba un corazón especialmente venezolano.
Durante su estadía, el prelado visitó la casa natal del ahora santo, José Gregorio, de quien pudo conocer algunos de los miles de testimonios que prácticamente todo local tiene sobre el “Médico de los pobres”, el gran intercesor por la salud de los vulnerables.
Una misma voz de alegría
La canonización de los dos santos nacidos en Venezuela tiene una relevancia singular: logró unir al país en una misma voz de celebración y júbilo. Por eso, cuando el cardenal tuvo la oportunidad de hablarles desde el corazón universal de la cristiandad, decidió hacerlo no en su materno italiano, sino en un perfecto español.
Sabía que estaban allí mucho más que un grupo de laicos, una multitud que incluía a representantes de los distintos sectores de la sociedad en perpetua pugna, también algunos de quienes desde hace décadas causan opresión y tristeza.
A todos, el ex nuncio apostólico de Su Santidad y actual jefe de la diplomacia del Vaticano les dijo: “Si escuchas la Palabra del Señor que te llama a ‘abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos’…”
Solo así querida Venezuela, “tu luz brillará en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”, insistió el Secretario de Estado, la voz de mayor rango en la Iglesia católica después del Papa León XIV.
“Solo así, querida Venezuela, podrás responder a tu vocación de paz, si la construyes sobre los cimientos de la justicia, de la verdad, de la libertad y del amor, respetando los derechos humanos, generando espacios de encuentro y de convivencia democrática, haciendo prevalecer lo que une y no lo que divide, buscando los medios y las instancias para encontrar soluciones comunes a los grandes problemas que te afectan, poniendo el bien común como objetivo de toda actividad pública”, agregó en su conmovedor mensaje.
“La canonización es el momento oportuno”
El cardenal Pietro Parolin estimó que “la canonización de José Gregorio Hernández y de la madre Carmen es un Kairos”; es decir, “un momento oportuno” para emprender este esperado camino. Por ello, exhortó: “¡No lo dejen pasar inútilmente! Los nuevos santos intercedan para que sigan adelante con esperanza y empeño”.
Al delinear las extraordinarias vidas de los dos nuevos santos, el prelado dijo que es necesario actuar y no únicamente elogiar con la boca. Recordó que “nuestros corazones están llenos del mismo gozo que hemos probado en la plaza de San Pedro, porque Venezuela tiene sus primeros santos. No uno, sino dos: santos para todos”.
La eucaristía de celebración juntó ante el Altar de la Catedra de San Pedro a obispos, sacerdotes venezolanos, laicos, autoridades y miles de peregrinos que acudieron para vivir en persona esta histórica canonización.
En ella, el obispo insistió en su invitación: “Partir el pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne; es decir, no centrarte en ti mismo, buscando solo y egoístamente tu propio bienestar, ignorando a los que sufren en el cuerpo y en el espíritu”.
“¡Estaban en deuda con José Gregorio!”
Ya en la víspera, los venezolanos compartían con Aleteia en Roma y en Venezuela su júbilo por la proclamación de sus santos, tanto de la madre Carmen, que representa el amor de cada monja que abraza a quien lo necesita, como del galeno. Él es querido “desde siempre”, tanto que se consideraba una deuda la confirmación oficial de su santidad.
La celebración también sacudió nostalgias y agitó los corazones de quienes rezan a diario suplicando a Dios la posibilidad de regresar a su país, del que huyeron en busca de un futuro mejor, o sin más opción ante una despiadada persecución.
Y es que no hay en Venezuela alguien que desconozca al “Médico de los pobres”. Más aún, son miles los que aseguran haber recibido un milagro por intercesión suya, así como incontables los testimonios de quienes le dan gracias, incluso con lágrimas, tras haber restablecido su salud gracias a su mediación.
De hecho, si algo hay común entre los venezolanos es el especial cariño y respeto al brillante científico que tras luego de recibir excepcional formación en Europa, regresó a su tierra para ayudar a los más frágiles: José Gregorio les daba consulta de gratis y les compraba las medicinas con dinero de su bolsillo, porque sabía que no podían pagarlas.

Fiesta de la Santidad en Venezuela
En Venezuela, la fiesta recién comienza. Las distintas diócesis del país han ido anunciando desde rutas de peregrinación y oración, hasta Misas, exposiciones, apertura de museos, bendición de esculturas -incluida la más grande del Dr. José Gregorio Hernández, ya entronizada; así como museos y centros de salud, entre un montón de iniciativas.
Además de Isnotú (Trujillo), donde nació el santo, se han anunciado actividades especiales en Caracas, la capital venezolana, tanto en honor a él como a la querida monja Carmen Rendiles.
Entre los eventos centrales figura un encuentro que según la arquidiócesis de Caracas, “marcará la historia de fe en Venezuela” y no en vano la han denominado: "Fiesta de la Santidad".
Se llevará a cabo el sábado 25 de octubre en el estadio monumental Simón Bolívar de Caracas, donde se celebrará “la gloriosa canonización de nuestros santos venezolanos, san José Gregorio Hernández y santa Carmen Rendiles, con la Misa de acción de gracias que disfrutaremos en comunidad”.
Se trata de una “jornada de fe, unión y alegría” en la que “llevaremos el corazón lleno de fe y el legítimo orgullo por nuestros santos”, señala la Iglesia local.
De nuestra parte, en Aleteia nos unimos a la celebración universal y pedimos, con el cardenal Pietro Parolin, “que san José Gregorio Hernández y santa Carmen Rendiles intercedan por nuestra amada Venezuela y por el mundo entero”.
Revive la canonización con estas imágenes:














