"Para tener valor, la palabra del Papa debe ser una palabra rara": este consejo dado al Papa Francisco por uno de sus allegados no ha sido escuchado, ya que su pontificado se ha caracterizado por un frenesí de entrevistas y pronunciamientos. A lo largo de su pontificado, Francisco concedió más de 200 entrevistas a medios de comunicación de todo tipo, por no hablar de sus famosas ruedas de prensa en el avión a la vuelta de sus viajes, a veces marcadas por declaraciones polémicas que eclipsaban rápidamente los temas de los viajes.
Con León XIV, el cambio de estilo es evidente. Por el momento, solo ha concedido una entrevista en profundidad a la periodista estadounidense Elise Allen, del medio Crux, para su libro León XIV, ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI (publicado en español por Penguin Perú). También habló brevemente con el periodista de la RAI Ignazio Ingrao al final de su visita al centro de difusión de Radio Vaticano en Santa Maria di Galeria, el 18 de junio, invitándole en particular a "promover la paz".
Algunas palabras sobre la actualidad internacional
Sin embargo, desde principios de septiembre se ha impuesto un nuevo juego mediático. Cada martes por la tarde, cuando el Papa sale de su residencia de Castel Gandolfo, donde suele tomarse un descanso de 24 horas al comienzo de la semana, su saludo a los fieles congregados en el exterior brinda a los periodistas la oportunidad de hacerle preguntas sobre la actualidad.
En dos o tres minutos, León XIV accede a decir algunas palabras sobre la actualidad internacional. El 9 de septiembre, expresa su preocupación por la "situación realmente grave" provocada por un ataque israelí contra Qatar. El 23 de septiembre, preguntado por las amenazas rusas al este del continente europeo, responde que Europa "podría marcar la diferencia" si estuviera "verdaderamente unida".
El martes por la noche, el primer Papa nacido en Estados Unidos denunció el "trato inhumano de los migrantes" en su país, reaccionando a la polémica en torno a un premio que la diócesis de Chicago iba a conceder a un senador estadounidense. También expresó su perplejidad ante las declaraciones belicistas del secretario de Guerra -nuevo nombre del secretario de Defensa- en una reunión de los jefes militares del país organizada en presencia del presidente Trump.
"Todos deben trabajar siempre por la paz", advirtió, al tiempo que confió en que este "estilo de Gobierno" dedicado a "presionar" pueda contribuir a disuadir a otras potencias de ir a la guerra. Y siempre dispuesto a aportar matices en un contexto de gran polarización en la escena mundial, el Papa también consideró que había "elementos muy interesantes" en el plan de Trump para poner fin a la guerra en Gaza.

Sin saturación pero con una presencia desinhibida
Estos pocos detalles confiados a los periodistas permiten identificar algunas líneas del estilo de comunicación de León XIV: una comunicación sin sobresaltos ni bandazos, pero que destila algunas preocupaciones y puntos de atención que los medios de comunicación y las cancillerías se apresuran a analizar.
La forma en que responde a las preguntas o incluso se anticipa a ellas -el 9 de septiembre, por ejemplo, fue él quien mencionó espontáneamente el ataque israelí a Qatar que acababa de producirse- demuestra también que el Papa está conectado y bien informado, en tiempo real. No pasa necesariamente por todos los filtros diplomáticos e institucionales a su disposición, pero sabe utilizar sin complejos los micrófonos que se le entregan para hacer llegar algunos mensajes, en particular en materia de promoción de la paz y de respeto intangible de la soberanía de los Estados.
Sus primeros viajes serán también una oportunidad para hacerse una mejor idea de cómo interactúa con los periodistas. Es probable que vuelva a la práctica de dar ruedas de prensa en el avión de regreso de un viaje, como hacía su predecesor, pero también podría pedir a su oficina de prensa que recoja las preguntas de antemano, como ocurría con Benedicto XVI. El pontífice alemán, conocido por su profundidad intelectual, era reacio a improvisar y siempre trataba de pronunciar un discurso muy estructurado… lo que no evitó algunos graves malentendidos en la interpretación de sus palabras.
Yendo más atrás, los primeros años del pontificado de Juan Pablo II estuvieron marcados por su gran apertura a las peticiones de los medios de comunicación, incluyendo entrevistas hoy un tanto olvidadas, pero que testimoniaron una espectacular relajación en las relaciones del Papado con el mundo de la prensa.
El 10 de agosto de 1983, poco antes de su visita a Lourdes, Soir 3 emitió una secuencia presentada como la primera entrevista televisada a un Papa, obtenida por FR3. Estas intervenciones fueron más raras a partir de entonces, ya que su comunicación se fue suavizando y controlando bajo la influencia de su portavoz Joaquín Navarro Valls, que asumió el cargo en 1984.
Es posible que León XIV se rodee de un equipo de comunicación de su elección, remodelando los equipos del Dicasterio para la Comunicación que se han mantenido desde el pontificado de Francisco. Pero sin duda seguirá la línea propuesta durante su audiencia del 11 de mayo con los periodistas reunidos en el Aula Pablo VI, promoviendo una forma de comunicación "que no se reviste de palabras agresivas, que no abraza el modelo de la competencia y que nunca separa la búsqueda de la verdad del amor con el que debemos buscarla humildemente".












