Quizá creamos que el Antiguo Testamento es anacrónico porque relata hechos ocurridos antes del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, y que nada de lo que ahí contiene se puede adaptar a nuestro tiempo. Pero estaríamos en una equivocación. Un ejemplo es el libro de los Proverbios y sus enseñanzas.
Todo el libro contiene una serie de consejos que no pasan de moda. Su autoría se atribuye al rey Salomón, hijo del rey David, a quien Dios concedió sabiduría y grandes riquezas.
Sus sentencias son tan directas que no requieren de explicación. Elegimos diez de ellas que, inevitablemente, nos dejarán en una profunda reflexión.
+Sobre el carácter

El mal carácter es un tema de todos los tiempos. A pesar de que en la antigüedad las mujeres no podían expresarse como hoy, el libro tiene una advertencia un tanto graciosa, además de un consejo para calmar al iracundo:
1. Más vale vivir en un rincón del granero que compartir su casa con una mujer peleadora (Pr 21, 10).
2. Un regalo en secreto apacigua la ira, un presente distrae el furor violento (Pr 21, 14).
+Los deseos y placeres

El hombre que se deja arrastrar por los vicios y se desvía de la virtud, no puede tener un buen final, como leemos en estas advertencias:
3. Amontonar con estafas un tesoro es la breve ilusión de los que van a la muerte (Pr 21, 6).
4. El que ama el placer terminará en la pobreza, nadie se enriquece corriendo tras el vino y los perfumes (Pr 21, 17).
5. Los deseos del flojo solo pueden matarlo, porque sus manos se niegan a trabajar (Pr 21, 25).
+La justicia y la prudencia
La justicia es un tópico que descuella en los Proverbios, sobre todo porque es una manera de agradar a Dios. Pero también se habla del mérito que tiene quien es prudente y sabe dominarse:
6. Practicar la justicia y el derecho vale más ante Yavé que los sacrificios (Pr 21, 3).
7. Cuando reina la justicia, el justo se alegra; pero es la ruina de los malhechores (Pr 21, 15).
8. El que se aparta del camino de la prudencia, pronto descansará entre los muertos (Pr 21, 16).
9. El que pone un guardia a su boca y a su lengua, se libra de muchos tormentos (Pr 21, 23).
10. No seas de los que se comprometen a la ligera y que se ofrecen como avales para un préstamo; si no tienes con qué pagar, te quitarán tu cama dejándote en el suelo (Pr 22, 26-27).
Esta es una pequeña muestra, pero que nos deja entrever que el Antiguo Testamento de la Biblia nunca dejará de ser actual.












