"Dios no teme el paso del tiempo", afirmó León XIV durante la audiencia general que presidió en la Plaza de San Pedro el 17 de septiembre de 2025. Desde la concurrida Plaza de San Pedro, donde realizó un recorrido en el papamóvil antes de dirigirse a los fieles, el Papa recomendó momentos de pausa y silencio en medio de una vida a veces frenética.
En su catequesis, el Papa reflexionó sobre el Sábado Santo, durante el cual Cristo, tras su muerte en la cruz, descansa en el sepulcro, antes de su resurrección el domingo. Centrándose en particular en la importancia de este día como tiempo de descanso —el séptimo día de la semana, según la ley judía—, observó a la multitud que "nos resulta difícil detenernos y descansar".
El pontífice instó, entonces, a aprender a "detenernos" y "agradecer el silencio".
"Vivimos como si la vida nunca fuera suficiente. Corremos para producir, para demostrar, para no perder terreno", lamentó
Además, aseguró que "la vida no siempre depende de lo que hacemos, sino también de cómo sabemos desprendernos de lo que hemos hecho".
"Dios no teme el paso del tiempo", declaró el líder de la Iglesia católica, instándonos a aceptar el lento paso de la confianza en lugar de buscar respuestas rápidas, soluciones inmediatas. Incluso el tiempo inútil, el de las pausas, los vacíos, los momentos estériles, puede convertirse en un tiempo de gracia si se lo ofrecemos a Dios, añadió.
Lejos del ruido y la euforia, León XIV describió a un Dios que "no ocupa todo el espacio, que deja que las cosas sucedan, que se retira para darnos libertad". Pero es precisamente en la tumba, el Sábado Santo, donde prepara "la mayor sorpresa". Y el Papa añadió: "No debemos apresurarnos a resucitar".











