Con fe y confianza, nos reunimos para ofrecer al Espíritu Santo una consagración sincera y llena de esperanza. Esta oración, escrita por el Venerable Félix de Jesús Rougier, sacerdote fundador de los Misioneros del Espíritu Santo, nace de una vida profundamente entregada al amor y guía del Divino Espíritu.
Con el corazón abierto, recitemos esta consagración, suplicando al Espíritu Santo que nos ilumine, fortalezca y conduzca cada día de nuestra vida.
¿Cómo se representa al Espíritu Santo?




