Una devoción piadosa que a menudo se pasa por alto es la tradicional devoción de la Preciosa Sangre, que destaca la sangre que Jesús derramó por toda la humanidad y que podemos constatar en diversos pasajes bíblicos.
Aunque no suele formar parte de la vida espiritual de muchos católicos modernos, el misterio que encierra esta devoción es fundamental en la historia cristiana.
El Directorio sobre la piedad popular llega a afirmar que "el misterio de la Sangre de Cristo se encuentra en el centro mismo de la fe y de nuestra salvación".
La Biblia contiene muchos acontecimientos que recuerdan este misterio, que el Directorio sobre la piedad popular enumera expertamente de la siguiente manera.
1ENCARNACIÓN
2CORDERO DEL SACRIFICIO
La imagen bíblica del Cordero abunda en implicaciones: "El Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" (Jn 1,29), en el que se encuentra también la imagen del Siervo doliente de Isaías (Is 53), carga sobre sí los pecados de la humanidad (cf Is 53,4-5); el "Cordero pascual", símbolo de la redención de Israel (cf Hch 8,31-35; 1 Co 5,7; 1 P 1,18-20);
3CÁLIZ DE LA PASIÓN
El "cáliz de la pasión" del que habló Jesús en alusión a su inminente muerte redentora, cuando preguntó a los hijos de Zebedeo: "¿Podéis beber este cáliz que yo debo beber?". (Mt 20,22; cf Mc 10,38) y el cáliz de la agonía en el huerto de los olivos (cf Lc 22,42-43) que fue acompañado por el sudor de sangre del Señor (cf Lc 22,44).
4CÁLIZ EUCARÍSTICO
El cáliz eucarístico, bajo la forma de vino, contiene la Sangre de la Nueva Alianza derramada para la remisión de los pecados; es memorial de la Pascua del Señor (1 Co 11,25); y bebida de salvación según las propias palabras del Señor: "El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá vida eterna y yo le resucitaré en el último día" (Jn 6, 54).
5LA MUERTE DE JESÚS
El acontecimiento de la muerte del Señor, ya que, al derramar su Sangre en la Cruz, Cristo reconcilió el cielo y la tierra (cf. Col 1,20).
6SANGRE Y AGUA DE LA CRUZ
La lanza que traspasó al Cordero inmolado, de cuyo costado abierto manaron sangre y agua (cf. Jn 19,34), signo de la redención realizada, y de la vida sacramental de la Iglesia -sangre y agua, Bautismo y Eucaristía, símbolo de la Iglesia nacida del costado de Cristo agonizante en la Cruz.


