Un hermoso programa que lleva alegría a los niños. En Cáritas Perú existe un proyecto llamado Ángeles de Esperanza que se encarga de brindar apoyo a más de 250 niños de distintos hogares de Lima. Esta iniciativa está cambiando la vida de los pequeños que se quedan en los hogares en internado permanente.
Aleteia conversó con la coordinadora del proyecto, Ana María Vásquez, jefa de Asistencia y Obras Sociales, para conocer más sobre este proyecto que está iniciando y se espera en el futuro que se expanda a otros países como México.
Aquí en Perú, todos los hogares con los que hemos hablado están muy agradecidos con este programa
¿Cómo nació este programa de Ángeles de Esperanza?
Food for the Poor se acercó a nosotros primero para realizar proyectos de desarrollo. Pero, al conocer más sobre Cáritas, observaron que también damos asistencia con ayuda material. Así que, comenzaron a enviarnos contenedores de ayuda humanitaria. Así nació nuestra unión con este donante. Estuvimos alrededor de un año recibiendo contenedores, aproximadamente uno cada dos meses.
Además, Food for the Poor tiene un programa de padrinazgo. En una reunión, nos preguntaron quiénes eran los usuarios de todas estas donaciones. Les dijimos que eran hogares para niños, parroquias, congregaciones y otras instituciones.

Entonces, tomaron nota de toda la dimensión del trabajo que hace Cáritas del Perú y nos ofrecieron el proyecto de padrinazgo Ángeles de Esperanza.
¿Cuántos hogares tienen en este proyecto?
Actualmente, son 265 niños distribuidos en diez hogares de internado permanente. Uno de estos hogares atiende exclusivamente a niños con discapacidad, lo cual implicó también verificar condiciones especiales, pues requieren mucho más apoyo.
¿Qué ofrece el programa?
Lo que ofrece el programa es un paquete básico de alimentos y productos de higiene, equivalente a 33 dólares por niño por trimestre. Con ese monto, nosotros elaboramos una propuesta de alimentos necesarios. En Perú, este paquete incluye lo básico: arroz, azúcar, aceite, etc. Enviamos la propuesta, ellos aprueban, nos mandan el dinero, compramos localmente y se entrega al hogar.
Este programa no solo consiste en entregar alimentos o cosas materiales. También se trata de estar cerca de los niños de alguna manera. Para nosotros, que somos un equipo pequeño ha sido muy emotivo.
Lo que se les brinda es educación, salud, acogida, y se procura mantener el vínculo con sus padres o tutores. Los acogen hasta que terminan la secundaria.
¿Cómo es la dinámica de los hogares?
La dinámica de estos hogares es de acogida. La mayoría están a cargo de congregaciones que tienen este carisma. Y al trabajar con ellas, hay una gracia especial. Las hermanas siempre confían en que la providencia actúa. Y es cierto: cuando algo parece no funcionar, ellas rezan, y todo se acomoda. Un hogar estuvo a punto de cerrarse, y de pronto, todo se resolvió. La providencia actúa de maneras increíbles.

¿Qué actividades hacen con los niños?
La celebración del Día de la Vida. Se escoge un día al mes para festejar a todos los niños su cumpleaños. Se organiza una reunión, se comparte un pastel y se celebra en conjunto. Otro es la celebración del cuidador. Puede ser una religiosa, cocinera, chofer o cualquier persona involucrada en el cuidado de los niños. Ellos envían un fondo simbólico para dar un presente a los cuidadores, y los mismos niños participan con una canción, poema o alguna muestra de cariño. Y la celebración de Navidad. Antes de diciembre mandan un fondo para celebrar con los niños, ya que muchos no regresan a sus casas y pasan las fiestas en el hogar.
¿Cómo son los niños?
Aun en medio de todo, ellos expresan felicidad
Durante la inauguración, todos participaron en la medida de lo posible. Entendían el juego, la alegría de compartir. En todos los hogares hemos visto que los niños están bien educados. Hay normas: duermen a cierta hora, comen a cierta hora.
Las hermanas rezan con ellos, tienen momentos como el rosario, y todo se detiene para orar. Eso marca la diferencia: niños aparentemente desamparados, pero acogidos con otro tipo de amor.
Cada hogar tiene su propia dinámica. Algunas congregaciones incluso observan si alguna niña tiene vocación religiosa. Las educan y, si ellas quieren, pueden optar por esa vida.
Hay hogares donde también se fomentan emprendimientos. Dos trabajan el tema de la costura: les enseñan a hacer su propia ropa y desarrollar habilidades. Esto les da herramientas para su vida futura.

¿Cómo funciona el tema del padrinazgo?
Esa parte la maneja el donante, Ángeles de Esperanza. Tienen un área especializada para buscar padrinos. Nos comentaron que algunos padrinos pueden apoyar hasta 20 niños.
¿Cómo ven este programa a futuro?
Si Dios quiere, el próximo año podríamos ampliar a más hogares. Este es nuestro programa piloto. No somos muchos, y los hogares están dispersos, así que toma tiempo, pero estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo.

