El 20 de junio de 2025 se cumplieron tres años del asesinato de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, así como del guía de turistas Pedro Palma, en la Sierra Tarahumara, México. Pero esta fecha también es el tercer aniversario del Diálogo Nacional por la Paz (DNP), un movimiento plural y eclesial que surgió a partir de este acontecimiento y que, desde entonces, busca generar condiciones de paz y reconstruir el tejido social.
En un comunicado lanzado en el marco de este aniversario, declaran: “Hace tres años iniciamos este camino. No nos detendremos, porque la paz es una responsabilidad común, un llamado ético al que no podemos ni queremos renunciar”.
Aleteia conversó con la Mtra. Denisse Arana, representante del Núcleo por la paz, para conocer más sobre la labor que las distintas instancias de la Iglesia y la sociedad organizada realizan a través de este movimiento.
Los conversatorios, el inicio del Diálogo Nacional
La maestra Arana reconoce que, aunque el asesinato de los sacerdotes en Cerocahui cimbró al país y dio origen a esta iniciativa, no fue el inicio de la violencia en México sino que la situación llevaba años afectando al país. Por ello, el primer año de labores estuvo dedicado a los “conversatorios para la paz”, en los que se generaron espacios de diálogo “para poder escuchar y saber cómo estamos viviendo -como país- estas situaciones”.
En 2023 se reunieron más de mil actores sociales para conocerse y escucharse. De este encuentro surgió la Agenda Nacional de Paz: un documento que contiene “un diagnóstico de la situación, un horizonte y una ruta de trabajo”.
“Este documento se elabora a partir de lo que se escucha a nivel nacional en estos conversatorios y foros, pero también fue sistematizado por un grupo de expertos en cada una de las áreas, por lo cual, es un documento firme, profundo y fiable para el trabajo”, declaró.
La Red Nacional por la Paz, uno de los mayores logros

De la Agenda Nacional de Paz se desprendieron acciones locales y nacionales, además de nodos de enlace en cada estado del país. Actualmente, todos los estados de México cuentan con grupos multidisciplinarios que conforman la Red Nacional para la Paz, uno de los logros más grandes del DNP.
En estos “grupos hay personas de diferentes orígenes, creencias, pensares; pero unidos por el anhelo de paz”.
En 2024, previo a las elecciones tanto nacionales como estatales, el movimiento generó un importante momento de diálogo con los candidatos a la presidencia, en el cual se firmó un compromiso por la paz.
Y a nivel estatal, los equipos de trabajo buscaron generar el mismo acercamiento con actores políticos y actores sociales. “Eso es también una riqueza muy grande del Diálogo Nacional por la Paz”, declaró Dennise.
Esperanza para la creciente violencia en México
El propio Diálogo Nacional reconoce, en un comunicado reciente, que “tenemos más de 18 años atravesados por una violencia que, lejos de detenerse, nos arrolla”. El miedo, la indiferencia, la crisis del sistema de justicia, corrupción, impunidad, los campos de exterminio, las 125 mil desapariciones forzadas y los homicidios de funcionarios y defensores “invaden el imaginario colectivo” y “comprometen el presente y futuro”.
En este contexto, la Iglesia de México no solo ha participado a través del DNP, sino que las parroquias y los sacerdotes han jugado un papel fundamental. “Las parroquias, los sacerdotes y equipos parroquiales han dado mucho acompañamiento. Se han abierto centros de escucha y han sido lugares de acogida en momentos muy difíciles”.
“Al vivir la corresponsabilidad nadie se siente solo, porque se sabe que hay otra persona, que está viendo por ellos”.
La maestra Denisse remarca que “por lo mismo, se vuelve muy importante y esperanzador que esta iniciativa continúe y se fortalezca”.
“Para nosotros es muy importante que sigamos caminando juntos, que sigamos construyendo y aprendiendo a pasar de un yo al tú, y del tú al nosotros; que seamos capaces de construir comunidad, que nos importemos los unos a los otros y que en ello trabajemos juntos para que desde el rincón más pequeño de nuestro país podamos generar condiciones de paz”.
Y añade: “Por eso es tan importante que el trabajo se realice en conjunto, porque juntos es como podemos hacer los cambios y hacer que esto sea sostenible”.
Después de tres años de trabajo, ¿qué sigue para el Diálogo Nacional por la paz?

Reconociendo que generar condiciones para la paz es más necesario que nunca, el Diálogo Nacional por la Paz continúa comprometido.
Además de continuar con las líneas de trabajo que se propusieron desde la formación de la Agenda Nacional por la Paz, una de las prioridades es fortalecer la Red Nacional y brindar respaldo, capacitación y apoyo a los nodos locales.
Por otro lado, la incidencia social continúa siendo uno de sus principales objetivos, a través del apoyo en el desarrollo de estrategias de seguimiento a los compromisos por la paz, firmados en la mayoría de los estados del país.
El trabajo de vinculación es igualmente importante, pues gracias a la comunicación con asociaciones, actores y personas de la sociedad civil se pueden ampliar los espacios de formación, articular nuevos proyectos de paz y, con ello, incidir en las políticas públicas.
Denisse concluye que, en el Diálogo Nacional, quieren continuar con la formación que todos necesitamos para estar a la altura de los retos que nos demandan las situaciones actuales.
“No podemos parar, no queremos parar; queremos seguir juntos, de la mano, caminando al paso, de manera que nuestra sociedad pueda tener una condición de vida que le permita saber que no está solo y que hay alguien más ahí a su lado en esta construcción y encuentro para trabajar juntos por la paz”.
Sobre el Diálogo Nacional por la Paz
Cualquier persona de buena voluntad que quiera sumarse al trabajo por la paz, puede hacerlo en el siguiente enlace: Únete al Diálogo Nacional por La Paz


