El actor español Jaime Lorente, conocido por su papel de Denver, uno de los personajes más caóticos de la popular serie de Netflix La Casa de Papel, ha hecho revelaciones sobre su fe católica en una entrevista inédita con el medio español El Cafetal. En el podcast, publicado el 14 de mayo, el español habla de su regreso a la fe católica, que sus padres, Matías y María José, ambos doctores en Teología, le enseñaron de niño.
Nacido en Murcia en 1991, cuarto de cinco hermanos, Jaime Lorente creció en el Camino Neocatecumenal junto a sus padres. "Para mí, desde pequeño, Dios siempre ha sido la certeza de que es posible un determinado tipo de vida, de que es posible una determinada forma de amar, de cuidar y de respetar", recuerda, hablando de una fe que sus padres "mostraban a través de su matrimonio".
"Vi en ellos el amor que se tenían, y sin eso, no habría podido hacer el viaje que he hecho este año. Han dado su vida por nosotros, y eso no se puede enseñar; hay que demostrarlo". Y añadió: "Para mí, la fe siempre ha sido un abrazo, no un látigo". Sin embargo, rebelde, inquieto y travieso, renegó de su fe y acabó distanciándose de la Iglesia en la adolescencia, aunque manteniendo el vínculo con su familia, que siempre ha sido para él una roca a la que aferrarse.
"Lo único que pude hacer fue caer de rodillas. Eso lo cambió todo"
"He tenido muchos miedos y complejos ante la idea de ser etiquetado, insultado, rechazado o considerado perteneciente a un bando u otro, cuando simplemente tengo una creencia que, para mí, siempre se ha presentado con respeto, humildad y amor", explica. Y su meteórico ascenso a la fama no ha ayudado. Al contrario, su exposición mediática ha hecho mella en su salud mental. Como él mismo dice, tocó fondo.
"Pasé por un sufrimiento inmenso del que no pude librarme. Durante ese periodo, hice cosas con las que no me identificaba en absoluto. A menudo me cuesta perdonarme, aunque ya esté ahí. Cuando veo lo que veo ahora, me digo: '¿Cómo has podido estar tan ciego?'"
Fue durante esta travesía del desierto cuando volvió a conectar con el Señor: "Lo único que pude hacer fue caer de rodillas. Eso lo cambió todo. Y fue gracias a la voz de mi madre, que me dijo que el Espíritu Santo puede hacer cosas que nunca creí posibles".
Una vida transformada
Ahora cree que la fe tiene "algo tangible, algo que puedes tocar, algo que te transforma", que le hace "mejor persona" y que hace que su vida sea "mucho más luminosa".
Jaime Lorente explica que lee la Biblia todos los días, y dice que le ayuda a afrontar las dificultades de la vida. En este sentido, destaca una enseñanza de san Agustín ante los momentos difíciles: "No digas que los tiempos son duros. Tú eres los tiempos. Sé bueno. Y los tiempos serán buenos". En este sentido, añade: "Nunca me acercaré a la perfección, pero puedo actuar perfectamente. Puedo hacer cosas perfectas. Por pequeñas que sean. Eso me acerca un poco más". Y añade: "Puedes hacer bien las cosas pequeñas, incluso en tiempos difíciles, y eso marca la diferencia".
Su vuelta a la fe y su búsqueda de la virtud también han cambiado su forma de trabajar, su manera de hablar con los que conoce y su vida familiar. Aprecia aún más a su esposa Marta Geoenaga y a sus dos hijos, Amaia y Luca. "He recibido tantos regalos en mi vida… Uno de ellos es la mujer que puso a mi lado. Si Dios no la hubiera puesto ahí, ninguna fuerza podría haberlo hecho. Tiene que venir de alguna parte". Lejos de querer hacer proselitismo, afirma que Jesús es "un modelo" para él. "Es la referencia absoluta, y creo que también es un hermano y un amigo", concluye.


