Antonio Gaudí sigue hoy evangelizando, sobre todo a través de los edificios que diseñó y de la santidad de su inspiradora vida cristiana y también con su ayuda desde el cielo, que muchos aseguran recibir.
Se constató este martes 10 de junio de 2025, en la Misa de acción de gracias por la declaración de venerable al arquitecto modernista catalán.
Más de mil personas la celebraron en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, su obra maestra, magna expresión de la belleza de Dios.
Obra
La junta constructora de esta emblemática iglesia prevé que se acabe de construir el año 2026 coincidiendo con el centenario de la muerte de Gaudí.
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El genial arquitecto construyó, más que edificios, “un camino hacia Dios”, afirmó el obispo en la homilía.
“Su arquitectura es una catequesis silenciosa, una oración hecha piedra que continúa evangelizando”, destacó.
“Su obra continúa hoy tocando corazones, despertando preguntas, abriendo ventanas a Dios”, añadió.
Vida
Omella dijo que “para entender la profundidad de la sensibilidad artística y espiritual de Antonio Gaudí hay que mirar su vida”.
Recordó que “una enfermedad reumática le obligó a pasar largas temporadas de su infancia retirado, en silencio, contemplando la naturaleza”.
“Esta experiencia de vulnerabilidad le hizo contemplativo, atento a los detalles, a la luz, a las formas orgánicas que después plasmaría en su obra”, destacó.
Tras estudiar arquitectura, “en seguida destacó por su originalidad y por una visión arquitectónica que unificaba arte, técnica y fe”, prosiguió el arzobispo. Y subrayó que “su vida no fue fácil ni cómoda pero fue fecunda en gracia”.
“En su soledad encontró la presencia de Dios, en su trabajo encontró una misión, y en su fragilidad descubrió una fuerza que no venía de él sino del Espíritu, una fragilidad que fue configurando su abandono en la Divina Providencia”, explicó.
Para el arzobispo de Barcelona, “Gaudí nos muestra que se puede ser santo desde la propia vocación, desde el trabajo bien hecho, desde la belleza vivida como servicio, desde la aceptación amorosa y esperanzada de la vida tal y como se nos presenta”.
Santidad
Así lo perciben miles de personas de todo el mundo que admiran la obra y la vida del original arquitecto y, convencidos de su santidad, le piden ayuda.
El cardenal Omella públicamente solicitó su intercesión para “construir una sociedad más fraterna, más justa y más abierta a Dios”.
Y en su proceso de beatificación se están estudiando varios posibles milagros atribuidos a su intercesión.
La celebración de agradecimiento concluyó con la veneración de los restos de Antonio Gaudí, que reposan en la cripta de la basílica de la Sagrada Familia.

