"No a la autorreferencialidad", solía repetir el Papa Francisco. Los papas no tienen la vocación de crear su propio magisterio ex nihilo, sino de reinvertir el de sus predecesores proponiendo nuevos impulsos. Tradicionalmente, cada discurso pontificio se articula en torno a referencias al predecesor inmediato y a otros papas. Estas referencias pueden ser explícitas o implícitas: así, la homilía de Francisco en el funeral de Benedicto XVI, el 5 de enero de 2023, se estructuró en torno a citas de los escritos de Joseph Ratzinger, pero no lo dijo explícitamente. Muchos fieles no se dieron cuenta de ello y, por lo tanto, tuvieron la impresión de que el pontífice argentino se mostraba distante y frío.
León XIV, cuyo estilo de comunicación es muy diferente al de Francisco, ha multiplicado las referencias a su predecesor y se basa en parte en sus textos. Desde la reanudación de las audiencias generales el pasado 21 de mayo, León XIV ha retomado el ciclo de catequesis iniciado por Francisco en el marco de este Año Santo 2025, sobre el tema "Jesucristo, nuestra esperanza".
La estructura de estas meditaciones es la misma que bajo el pontificado de Francisco: textos relativamente cortos, sencillos, imaginativos, basados en particular en descripciones de obras de arte. En su primera catequesis del miércoles 21 de mayo, León XIV se refirió al cuadro de Van Gogh, El sembrador al atardecer. Un mes antes, el 16 de abril, en su última catequesis, difundida solo por escrito debido a que le resultaba difícil expresarse oralmente, el Papa Francisco también había propuesto una forma de exégesis artística, esta vez en torno al cuadro de Rembrandt El regreso del hijo pródigo.
La proximidad de estos textos sugiere que León XIV retomó un guion ya preparado por Francisco y su entorno antes de su fallecimiento. Del mismo modo, Benedicto XVI comenzó sus audiencias generales en 2005 basándose en las meditaciones preparadas por Juan Pablo II sobre los Salmos y los cánticos de las vísperas. Por su parte, en 1978, Juan Pablo II retomó el ciclo de catequesis iniciado por Juan Pablo I sobre las virtudes cristianas. El papa polaco también se basó en gran medida en el legado del pontificado de Pablo VI (1963-1978). Las meditaciones de su primer Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo, el 13 de abril de 1979, se inspiraron en los escritos de Pablo VI.
¿Los pobres y los niños, dos temas a retomar?
En cuanto a los textos magisteriales, al menos dos proyectos estaban en preparación antes del fallecimiento del Papa Francisco. El propio Papa argentino anunció la redacción de un documento sobre los niños el 3 de febrero, al término de la cumbre internacional sobre la protección de los niños organizada en el Vaticano, que dio lugar a uno de sus últimos discursos, once días antes de su hospitalización. Rodeado por la reina Rania de Jordania y el exvicepresidente estadounidense Al Gore, Francisco expresó su deseo de comprometerse de manera estructurada con este tema. "Para dar continuidad a este compromiso y promoverlo en toda la Iglesia, tengo la intención de preparar una carta, o una exhortación apostólica, dedicada a los niños", anunció, sin dar un calendario preciso.
El otro proyecto del Papa Francisco —del que, según nuestras informaciones, se había redactado un primer borrador provisional— era una exhortación apostólica sobre los pobres. Es probable que el nuevo Papa retome este proyecto, dada la sensibilidad social de León XIV, forjada especialmente durante su experiencia misionera en Perú. Lo que podría haber sido una especie de "testamento" del Papa Francisco sobre esta "opción preferencial por los pobres" podría convertirse así en el texto programático del inicio de su pontificado. Pero nada le obliga a ello, y León XIV es totalmente libre de abordar otros temas.
En 2013, el contexto era diferente, ya que Francisco se encontró en una forma de "convivencia" inédita con su predecesor Benedicto XVI. La primera encíclica del pontificado de Francisco, Lumen Fidei, publicada en julio de 2013 en el marco del Año de la Fe, había sido preparada en gran medida por el pontífice alemán. Por lo tanto, este texto parecía mucho más "ratzingeriano" que "bergogliano".
El verdadero primer texto personal de Francisco fue, unos meses más tarde, la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, en la que el pontífice argentino se basó en gran medida en la experiencia de la asamblea de obispos de América Latina, de la que había sido uno de los impulsores seis años antes, en Aparecida.


