Desde sus primeras palabras, pronunciadas desde la logia de la basílica de San Pedro de Roma, el Papa León XIV concedió un lugar especial a la "vida", recordando que es un don de Cristo resucitado, "el buen pastor que da su vida por el rebaño". Según un análisis de la agencia vaticana I.MEDIA de los discursos pronunciados por el Papa desde hace aproximadamente un mes, el término "vida" (y sus derivados) es el que más utiliza León XIV, justo después de "Dios" (350 apariciones) e "Iglesia" (138 apariciones). La palabra "vida" se utiliza incluso más a menudo que "paz" (82 veces), que sigue siendo una de las palabras clave del inicio de este pontificado, marcado por las negociaciones internacionales en torno a los conflictos de Tierra Santa y Ucrania.
"Vida"
Para el Papa, la vida es ante todo un don recibido de Dios para ser ofrecido a los demás. "Recibimos la vida incluso antes de quererla", declara, insistiendo en la importancia de una "vida cristiana", que es "la maravillosa experiencia del encuentro con Jesús". Esta "forma de vida", insiste, no es "un conjunto de reglas que hay que seguir", porque tal visión de la fe "es imposible de vivir en la vida cotidiana concreta". Proponiendo un modelo de vida marcado por la "plenitud", el Papa anima a los cristianos a vivir "vidas creíbles", subrayando la importancia de poder expresar su fe sin dejar de estar conectados con la realidad de la vida. Citando a san Agustín, exhorta a todos a tener "una lengua en sintonía con la vida".
"Nuestro mundo lucha por encontrar valor a la vida humana, incluso en su hora final"
En otro discurso, al rendir homenaje al cardenal Iuliu Hossu, mártir del comunismo, citó su lema: "Nuestra fe es nuestra vida", afirmando que este debería ser el lema de todos los cristianos. Esta experiencia de vida cristiana no es solo un camino interior, sino también una respuesta "a los eternos interrogantes del hombre sobre el sentido de esta vida", en particular ante las dificultades que marcan toda vida. El camino de fe del cristiano, subraya el Papa, es "un camino difícil e incómodo, como la vida misma".
El Papa León XIV señaló, sin embargo, que el modelo de vida cristiana propuesto por la Iglesia se traiciona "siempre que se invoca la libertad, no para dar la vida, sino para quitarla". Sin mencionar directamente la legislación que cuestiona la protección de la vida desde el nacimiento hasta la muerte, subraya repetidamente la incoherencia del razonamiento que la justifica. "Nuestro mundo lucha por encontrar valor a la vida humana, incluso en su hora final", lamenta, insistiendo en la dignidad de toda vida.
"La falta de fe suele ir trágicamente acompañada de la pérdida del sentido de la vida, del descuido de la misericordia, de atroces violaciones de la dignidad humana, de la crisis de la familia y de tantas otras heridas que afligen a nuestra sociedad", analizó el pontífice. Critica duramente una visión individualista de la vida: "Desde el momento en que nacemos, necesitamos de los demás para vivir".
La semana pasada, con ocasión del Jubileo de las Familias, el Pontífice subrayó el papel clave de la unidad familiar. "Al mismo tiempo que los transforma en una sola carne, este amor los hace capaces, a imagen de Dios, de dar la vida", dijo a los esposos. Luego, dirigiéndose a los hijos, insistió: " sean agradecidos con sus padres: decir “gracias” por el don de la vida y por todo lo que con ella se nos da cada día es la primera forma de honrar al padre y a la madre".


