Se ha señalado que el Papa León XIV era hijo de una madre trabajadora que tuvo a sus hijos más tarde en la vida, y eso es cierto, pero lo que la gente pasa por alto es que las madres de los Papas Benedicto XVI y de Juan Pablo II también trabajaron fuera del hogar. Solo Francisco tuvo una madre que se quedó en casa.
He aquí un rápido repaso a la vida familiar de los Papas más recientes.
La madre del Papa León XIV: bibliotecaria y cantante con un máster
Mildred Martínez Prevost nació en 1912 en Chicago, de padres mestizos que se habían trasladado allí desde Nueva Orleans. Dos de sus hermanas se consagraron religiosas, pero ella se casó y tuvo tres hijos.
Su padre, Louis, era un veterano de la Segunda Guerra Mundial que había servido como teniente de la Armada en el Mediterráneo antes de regresar al South Side de Chicago para trabajar en el sistema escolar, al tiempo que ejercía de catequista en su iglesia.
Mildred fue a la universidad tarde, se licenció en la Universidad DePaul a los 34 años y obtuvo un máster en educación dos años más tarde. Trabajó como bibliotecaria en dos institutos: Von Steuben y Mendel.
Su trabajo no le impidió enseñar a sus hijos a cocinar y planchar y ser voluntaria en la parroquia.
"Era prácticamente una santa", declaró al New York Times el obispo Daniel Turley, que conoció a León XIV en su adolescencia. "Era una de esas personas que conoces y sientes la presencia de Dios".
Era especialmente conocida por cantar el Ave María. "Era su canción de cabecera", dijo su hijo mayor, Louis. "La cantaba a pleno pulmón".
La madre del Papa Francisco, Regina, fue una gran presencia en su vida

La madre papal con más hijos -tuvo cinco- fue también la que se dedicó al hogar. Mantuvo las costumbres italianas, haciendo ñoquis caseros para la familia, a pesar de que, como relató el Papa Francisco en su autobiografía, ella aseguraba que "no sabía ni freír un huevo" cuando se casó.
Su padre, Mario Bergoglio, era un contable que había huido de los fascistas en Italia en 1929, pero Regina nació en Argentina, hija de inmigrantes italianos.
Estaba tan encantada cuando su hijo mayor se planteó brevemente estudiar medicina que, cuando le dijo que se iba a hacer sacerdote, suavizó la noticia para su madre llamando a su vocación "medicina para las almas".
El Papa Francisco recordaba en su autobiografía cómo, a la vuelta de una visita a Sri Lanka en 2015, dijo a los periodistas que se pedía moderación en todas las cosas - "pero si alguien insulta a tu madre, es normal que se espere un porrazo".
La madre de Benedicto XVI, como la de León, tuvo tres hijos y un trabajo

Maria (Rieger) Ratzinger, la madre del Papa Benedicto XVI, aprendió el oficio de pastelera de sus padres y trabajó en varias casas particulares como cocinera, antes de convertirse en jefa de postres del Hotel Wittelsbach de Munich.
Se casó con Joseph Ratzinger padre tras responder a un anuncio personal en el periódico. Siguió trabajando después de casarse, pero como a su marido, un oficial de policía que se oponía a los nazis, lo destinaban a lugares cada vez más pequeños, el trabajo empezó a escasear.
El historiador alemán Michael Hesemann pasó meses entrevistando al hermano del Papa Benedicto XVI sobre su infancia. "En Estados Unidos hay un dicho muy bonito: 'la familia que reza unida, permanece unida'", dijo Hesemann a ABC News. "El secreto de la familia Ratzinger era que rezaban juntos... cuando tenían un problema en la familia, el problema se resolvía en la oración y por eso se convirtió en una familia tan armónica".
La madre de san Juan Pablo II tuvo trabajos antes y después de tener tres hijos
Su padre, el anciano Karol Wojtyla, era oficial del ejército, y su madre, Emilia, era maestra de escuela cuando se casaron. Su salud nunca fue buena, y de sus tres hijos solo sobrevivieron dos: su hija Olga murió poco después de nacer. De hecho, recientemente se ha sabido que rechazó el consejo médico de abortar a su tercer hijo, Karol Wojtyla Jr.
La comadrona de Emilia dice que Emilia pidió que le abrieran las ventanas después de que naciera su hijo, para que oyera la música procedente de la iglesia cercana. Quiero que lo primero que oiga mi hijo sea un himno a la Virgen", dijo Emilia.
Trabajó como costurera antes de morir de insuficiencia cardíaca y renal nueve años después.
Lo que todas estas mujeres tenían en común era que sus familias eran el centro de sus vidas
Como la esposa descrita en Proverbios 31, eran sacrificadas dentro del hogar siempre y fuera de él cuando era necesario.
Como dijo el Papa Francisco: "Ser madre es un gran tesoro. Las madres, en su amor incondicional y sacrificado por sus hijos, son el antídoto contra el individualismo; son las mayores enemigas contra la guerra".


