A las reiteradas menciones y deseos de paz, el Papa León XIV ha señalado, de manera particular y explícita, los casos de dos estados sufrientes: Gaza y Ucrania
1 | "Nunca más la guerra"
El 11 de mayo del 2025, domingo del Buen Pastor, en el mensaje que siguió al rezo del Regina Caeli en la Logia central de la Basílica de San Pedro, el Santo Padre señaló:
“La gran tragedia de la Segunda Guerra Mundial, terminó hace 80 años, el 8 de mayo, después de haber causado 60 millones de víctimas. En el dramático escenario actual de una tercera guerra mundial por partes, como afirmó el Papa Francisco en más de una ocasión, también yo me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre actual: “¡Nunca más la guerra!”. Llevo en mi corazón los sufrimientos del amado pueblo ucraniano. Se haga lo posible para alcanzar cuanto antes un paz auténtica, justa y duradera. Sean liberados todos los prisioneros y los niños puedan regresar con sus familias. Me entristece profundamente lo que sucede en la Franja de Gaza. ¡Cese inmediatamente el fuego! Se preste ayuda humanitaria a la exhausta población civil y se liberen a todos los rehenes.”
2 | El don de la paz por intercesión de la Virgen
Una semana después, el domingo 18 de mayo delo 2025, en el mensaje que siguió al rezo del Regina Caeli en la Plaza de San Pedro, después de la santa Misa de Inicio de su ministerio petrino, el Papa afirmó:
“En la alegría de la fe y de la comunión no podemos olvidarnos de los hermanos y hermanas que sufren a causa de las guerras. En Gaza, los niños, las familias y los ancianos supervivientes están pasando hambre. En Myanmar, nuevas hostilidades han destruido vidas inocentes. La atormentada Ucrania espera por fin negociaciones para una paz justa y duradera. Por eso, mientras encomendamos a María el servicio del Obispo de Roma, Pastor de la Iglesia universal, desde la ‘barca de Pedro’ contemplémosla a ella, Estrella del mar, Madre del Buen Consejo, como signo de esperanza. Imploremos por su intercesión el don de la paz, el auxilio y el consuelo para los que sufren y, para todos nosotros, la gracia de ser testigos del Señor Resucitado”.

3 | El jubileo, ocasión para dejar atrás las contiendas
En su discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, celebrado el viernes 16 de mayo 2025, en la Sala Clementina, el Papa abundó:
“Mi ministerio comienza en el corazón del Año jubilar, dedicado de manera particular a la esperanza. Es un tiempo de conversión y de renovación, y sobre todo la ocasión para dejar atrás las contiendas y comenzar un camino nuevo, animados por la esperanza de poder construir, trabajando juntos, cada uno según sus propias sensibilidades y responsabilidades, un mundo en el que cada uno de nosotros pueda realizar la propia humanidad en la verdad, en la justicia y en la paz. Espero que esto pueda suceder en todos los contextos, empezando por los más que más sufren, como Ucrania y Tierra Santa”.
Mediación por la paz
En el discurso que ofreció el Papa a los participantes en el Jubileo de las Iglesias Orientales, en el Aula Pablo VI, el miércoles 14 de mayo 2025, informó estar decidido a colaborar en la construcción de la paz y, para ello ofreció el Estado Vaticano para celebrar negociaciones para la paz:
“Para que esta paz se difunda, yo emplearé todos mis esfuerzos. La Santa Sede está a disposición para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos, para que a los pueblos se les devuelva la esperanza y se les restituya la dignidad que merecen, la dignidad de la paz. Los pueblos quieren la paz y yo, con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontremos, dialoguemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben callar, porque no resuelven los problemas, sino que los aumentan; porque pasarán a la historia quienes siembran la paz, no quienes cosechan víctimas; porque los demás no son ante todo enemigos, sino seres humanos: no son malos a quienes odiar, sino personas con quienes hablar. Rechacemos las visiones maniqueas típicas de los relatos violentos, que dividen el mundo entre buenos y malos.”
En correspondencia a tal deseo, ha trascendido que el Cardenal Secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolín, ya se encuentra en tales gestiones ante la ONU.
La Franja de Gaza

Medios masivos de comunicación del orbe entero están dando cuenta de la urgente y dramática situación en la Franja de Gaza, haciendo eco al llamado urgente de la ONU dirigido a Israel para que permita el paso de la ayuda humanitaria que retuvo durante 12 semanas de absoluto bloqueo. En este momento, esta ayuda circula a cuenta gotas; “demasiado poco y demasiado tarde”, mientras que el estado israelí ha anunciado una nueva ofensiva, sin precedentes, en el norte de Gaza.
A la par, diplomáticos europeos y del medio oriente han tejido una alianza diplomática demandando a Israel el cese de hostilidades, así como el permiso para que la ayuda humanitaria internacional llegue a su destino. La ONU ha informado que 1 de cada 5 Gazatíes se enfrentan a la inanición. Unas dos millones de personas están en riesgo de morir.
En este momento, Israel pretende recortar aún más el territorio de Gaza en un 75%, obligando a un mayor hacinamiento en el 25% restante, y dividido este en tres núcleos aislados entre si; uno en el norte, otro en el centro y un tercero en el sur. Por otro lado, las autoridades israelíes vienen afirmando que su acción militar no está dirigida al pueblo de Gaza, sino al grupo terrorista Hamas; sin embargo, de octubre 2023 a la fecha, el conflicto ha cobrado la vida de unas 53 mil 500 vidas en Gaza; de las cuales, más de la mitad son mujeres y niños, lo cual ha sido señalado como el verdadero objetivo de Israel: acabar con el pueblo gazatí y quedarse con su territorio.

Ucrania
La locura de la guerra en Ucrania también va dirigida a la anexión de un territorio estratégico formado por Donbass, Lugansk y Donetsk al estado ruso. El presidente Putin ha afirmado, igual que lo hizo anteriormente con Crimea, que esta región ucraniana era rusa en su origen y debía serlo en el presente y futuro, sin importar los acuerdos territoriales suscritos en la disolución de la Federación rusa. La invasión a Ucrania inició el 24 febrero del 2022 y se ha agudizado estos días después de una tregua pactada entre ambos países y el intercambio mutuo de rehenes, lo cual ha indignado, una vez más, a la comunidad internacional, que de nueva cuenta clama por la paz.
La comunidad internacional en la Doctrina Social de la Iglesia
La Iglesia, fundada en la revelación bíblica reconoce que la familia humana forma una unidad intrínseca en la voluntad de Dios. En efecto, Dios es el Señor de toda la historia y el cosmos (Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia –CDSI–, nn. 428 a 430).
Y agrega la novedad cristiana: Jesucristo es prototipo y fundamento de la nueva humanidad (Cf. CDSI, n. 431) que nos llama a realizar una vocación común: establecer la familia humana sobre la tierra en una unidad inspirada en la familia Trinitaria (Cf. CDSI, n. 432). A partir de estos principios, la Doctrina Social ofrece tres textos básicos que podrían ser base segura para construir la paz entre Israel y Gaza, y entre Rusia y Ucrania:
“La convivencia entre las Naciones se funda en los mismos valores que deben orientar la de los seres humanos entre sí: la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad. La enseñanza de la Iglesia en el ámbito de los principios constitutivos de la Comunidad Internacional, exhorta a las relaciones entre los pueblos y las comunidades políticas encuentren su justa regulación en la razón, la equidad, el derecho, la negociación, al tiempo que excluye el recurso a la violencia y a la guerra, a formas de discriminación, de intimidación y de engaño” (CDSI, n. 433).
“El derecho se presenta como instrumento de garantía del orden internacional; es decir, de la convivencia entre comunidades políticas que individualmente buscan el bien común de sus ciudadanos y que colectivamente deben tender al de todos los pueblos, con la convicción de que el bien común de una Nación es inseparable del bien de toda la familia humana” (CDSI, n. 434).
“El Magisterio reconoce la importancia de la soberanía nacional, concebida ante todo como expresión de la libertad que debe regular las relaciones entre los Estados. La soberanía representa la subjetividad de una Nación en su perfil político, económico, social y cultural. La dimensión cultural adquiere un valor decisivo como punto de apoyo para resistir los actos de agresión o las formas de dominio que condicionan la libertad de un país: la cultura constituye la garantía para conservar la identidad de un pueblo, expresa y promueve su soberanía espiritual” (CDSI, n. 435).


