Mientras que el mundo católico está inmerso en la emoción de un nuevo Papa, el Año Jubilar de 2025 continúa en silencio, entrando ahora en su segunda mitad. Declarado por el Papa Francisco Jubileo de la Esperanza, este Año Santo es más que una serie de eventos vaticanos. Es una invitación global a la renovación, la misericordia y la misión.
Así que, si has estado pensando en hacer algo para el Jubileo, pero aún no lo has hecho, todavía estás a tiempo. Y no, no hace falta un billete de avión a Roma (aunque siempre es una opción).
Aquí tienes cómo aprovechar al máximo el Año Jubilar, estés donde estés.
1Peregrinar cerca o lejos
Tradicionalmente, los peregrinos del Jubileo atraviesan la Puerta Santa de la Basílica de san Pedro o de alguna de las otras basílicas mayores de Roma. Pero el Papa Francisco también ha designado Puertas Santas en catedrales y santuarios de todo el mundo. Infórmate en tu diócesis local: el lugar de peregrinación más cercano puede estar a un corto trayecto en coche o en tren. Atravesar una Puerta Santa es un poderoso símbolo de entrar en la misericordia de Dios.
Para quienes puedan viajar, Roma ofrece un calendario completo de actos jubilares, que incluye misas especiales, catequesis y procesiones. Visita el sitio oficial para más detalles e inscripciones.

2Reconciliarse y volver a empezar
Los jubileos tienen sus raíces en las tradiciones bíblicas de liberación y restauración (Levítico 25). Ese espíritu se vive hoy a través del Sacramento de la Reconciliación. Si has estado alejado de la confesión durante meses o décadas, este es el momento de ir. Como nos recordó el Papa Francisco: "Dios no se cansa de perdonarnos; somos nosotros los que nos cansamos de buscar su misericordia" (Evangelii Gaudium, 3).
Confesarse no es avergonzarse, es volver a empezar. Deja que el Jubileo sea tu borrón y cuenta nueva.
3Practicar obras de misericordia concretas
La indulgencia jubilar -concedida a peregrinos y penitentes durante el Año Santo- no es solo espiritual. Está vinculada a actos tangibles: visitar a los enfermos, dar de comer a los hambrientos, vestir a los desnudos. Estas obras de misericordia corporales son intemporales y ofrecen un modo de encarnar el tema de la esperanza del Jubileo. Busca una organización benéfica local, escribe a alguien que esté en la cárcel, ofrece llevar en coche a un vecino. Cada acto construye el Reino.
4Viaja con intención
Si ya estás planeando unas vacaciones de verano, considera la posibilidad de añadir una capa espiritual. Visita un monasterio, un santuario mariano o una iglesia con profundas raíces culturales. Ciudades como Lourdes, Fátima y Cracovia son ricas en patrimonio católico, pero también lo son lugares menos conocidos como el Santuario de Nuestra Señora de Montserrat en España o la Abadía de San Mauricio en Suiza. Vayas donde vayas, seguro que hay uno. Que tu viaje sea reparador y sagrado.

5Fíjate un objetivo jubilar
Piensa en este Año Santo como un reset espiritual. ¿Hay algún hábito que quieras cambiar? ¿Has descuidado alguna parte de tu vida de oración? Elige un área de transformación personal y conviértela en tu intención jubilar. Ese objetivo podría ser asistir a Misa una vez a la semana, leer un Evangelio cada mes o hacer voluntariado de forma constante. Los pequeños pasos importan.
El Jubileo es a la vez una celebración de la misericordia y una llamada a la renovación. Cuando pasemos la mitad del camino, no dejemos que este tiempo santo pase desapercibido. La puerta sigue abierta, literal y espiritualmente. Atraviésala.


