Durante la audiencia concedida en la mañana del 22 de mayo de 2025 al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa León XIV autorizó la publicación de tres decretos que marcan los pasos hacia la beatificación de tres personas fallecidas en el siglo XX, entre ellos un obispo y una monja, misioneros asesinados por indígenas en Ecuador en 1987.
Un primer decreto establece la "ofrenda de vida" de Monseñor Alejandro Labaka Ugarte (1920-1987), obispo de origen español que fue misionero en Ecuador, donde luchó por los derechos de los pueblos indígenas, en particular de los Tagaeri, población del Parque Nacional Yasuní, que viven en completa autosuficiencia y siempre han rechazado el contacto con el hombre blanco.
Ordenado sacerdote en 1946 en Pamplona por la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, Alejandro Labaka Ugarte fue primero misionero en China hasta su expulsión por el régimen de Mao en 1953. Enviado al año siguiente en misión a Ecuador, fue nombrado por Pablo VI Prefecto Apostólico de Aguarico en marzo de 1965. Aunque no había recibido la ordenación episcopal, participó en esta capacidad en la última sesión del Concilio Vaticano II, donde intervino en defensa de las minorías étnicas. Renunció a su cargo en 1969 y se retiró por un tiempo en Dallas, pero reanudó su servicio misionero en Ecuador en 1971, dedicándose a evangelizar a los pueblos indígenas.
En 1984 se convirtió en el primer vicario apostólico de Aguarico y finalmente recibió la ordenación episcopal. Férreo defensor de los derechos indígenas frente a las compañías petroleras, desarrolló un “Plan de Contacto Amistoso con la Etnia Tagaeri”, un pueblo aislado cuya lengua habla. Pero tras ser abandonado en helicóptero en su territorio, fue asesinado con lanzas y flechas el 21 de julio de 1987 por estos indígenas, informa el Dicasterio para las Causas de los Santos.
La monja colombiana Inés Arango Velásquez (1937-1987), que acompañó al obispo y fue asesinada junto a él, también vio reconocida su "ofrenda de vida" por la Iglesia católica. El cuerpo de esta monja de la Congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia presentaba 85 heridas, y el de Mons. Ugarte, 184.
Por último, el dicasterio reconoce las "virtudes heroicas" de Matthew Makil (1851-1914), obispo indio particularmente apreciado por Pío X por su preocupación por la comunión en una diócesis compleja, marcada por la división entre los "norteño" que se proclamaban descendientes de las comunidades fundadas por santo Tomás y los "meridionales" que se consideraban sucesores de los emigrantes de Mesopotamia.
Este obispo, que desde 1896 era vicario apostólico de Changanacherry, en el suroeste de la India, propuso una escisión en este distrito eclesiástico para evitar que las comunidades se desgarraran entre sí. De esta forma se convirtió en el primer Vicario Apostólico de Kottayam. Fue también el fundador de la congregación de las Hermanas de la Visitación de la Santísima Virgen María.


