El miércoles 21 de mayo por la mañana, la plaza de San Pedro estaba abarrotada para la primera audiencia general del Papa León XIV. A los pies de la plaza, frente a la basílica petrina, unos 40 mil fieles -algunos de los cuales llegaron muy temprano- acudieron a escuchar la primera meditación del pontífice.
A menudo con sus familias, en el marco de un grupo parroquial o diocesano, o con su comunidad, vienen de todo el mundo, aprovechando las numerosas peregrinaciones organizadas con motivo del Jubileo. Por todas partes ondean banderas de colores: Italia, Colombia, India, Mongolia, Polonia, Filipinas, Argentina, Tonga, Senegal, Nigeria... y un gran número de banderas "estrella" de Estados Unidos.
"León XIV será un gran Papa"
Acurrucada contra una valla se encuentra una visitante habitual del evento, Emma Alvarado, de 95 años. Desde hace 25 años, esta estadounidense organiza peregrinaciones por todo el mundo para los feligreses de su parroquia, cerca de San Antonio (Texas). Gracias a ella, muchos estadounidenses han podido descubrir Tierra Santa, Irlanda, Fátima (Portugal) y Lourdes (Francia). "Es increíble", dice su amiga Teresa, que está encantada de que la gente se interese por su hija mayor, una señorita dinámica e ingeniosa que siempre tiene una sonrisa en la cara.
"No será el primer Papa que conozca", dice Emma con orgullo. Explica que tuvo la suerte de ser bendecida por Juan Pablo II hace unos años, y espera que León XIV haga lo mismo. Muy orgullosa de los orígenes del pontífice, profetiza: "Estoy segura de que León XIV será un gran Papa". "Normalmente, éste es el último viaje que organizo, así que me alegro de que sea en estas circunstancias excepcionales", dice Emma, rodeada de sus amigos. "Pero quizá organice otro para volver y ver al Papa, eso no depende de mí", explica, señalando al cielo para explicar de dónde piensa recibir sus "órdenes".
"Un encuentro inolvidable"
La audiencia comienza a las 10 de la mañana, una hora más tarde que durante el pontificado de Francisco, y para hacer esperar a la multitud, un coro de Europa del Este interpreta melodías religiosas. A pocos metros, William, de Hong Kong, se hace fotos con sus amigos para inmortalizar su visita a la plaza de San Pedro. "Estamos muy contentos de ver al Papa, no estaba planeado", dice. Explica que formaba parte de un grupo en peregrinación a Italia a principios de mes.
En los últimos días, ha seguido por televisión el cónclave, en el que participaba su obispo, el cardenal Stephen Chow, antes de viajar el martes a Roma con la esperanza de conocer al sucesor de Francisco. "Es histórico, es un encuentro inolvidable para nosotros que hemos venido de lejos", dice el chino, encantado de estar en primera fila. "No conozco de nada a nuestro nuevo Papa, pero la verdad es que parece estupendo", dice.
"¡Viva León!"
Poco después de las 9:30 horas, el Papa León XIV sale del palacio del Santo Oficio y sube al reluciente papamóvil que Mercedes había regalado a su predecesor unos meses antes. Su aparición provocó un gran revuelo en la plaza de San Pedro, con gritos de "Viva León" en todos los idiomas. Durante unos doce minutos, el Pontífice se paseó entre católicos de todo el mundo, deteniéndose para bendecir dulcemente a varios niños e intercambiar algunas palabras antes de dirigirse a la explanada, donde se presentó a la multitud entre vítores y aplausos renovados.
Las primeras "semillas" del pontificado
Tras la lectura del Evangelio del día en numerosas lenguas -italiano, francés, inglés, español, alemán, portugués, polaco, chino, etc.-, el Pontífice leyó su primera meditación, que forma parte del ciclo de catequesis iniciado por el Papa Francisco y dedicado a la esperanza con ocasión del Año Jubilar 2025. En pocas palabras, comenta la parábola del sembrador, que ilustra cómo Dios está dispuesto a "sembrar" su amor en todas partes, sin miedo a "desperdiciarlo".
Para ilustrarlo, el Papa León se inspira en un famoso cuadro de Van Gogh, "El sembrador al atardecer". Observa que el pintor holandés representa "el grano ya maduro", un detalle que interpreta como "una imagen de esperanza". "De alguna manera, la semilla ha dado su fruto. No sabemos exactamente cómo, pero es así", comenta.
Un Papa que canta con su pueblo
Después llegaron las llamadas, durante las cuales el ex obispo estadounidense de Chiclayo (Perú) se dirigió a los fieles de habla inglesa y española directamente en su idioma -como también hizo el Papa Francisco en la lengua de Cervantes-. A los fieles de lengua árabe y portuguesa, el pontífice les pidió que rezaran especialmente el rosario durante este mes de mayo dedicado a la Virgen María. Y para concluir, antes de cantar él mismo el Padre Nuestro en latín con la multitud, lanzó un nuevo llamamiento pidiendo el fin de las hostilidades en Gaza.