Desde el 8 de mayo, Perú tomó una relevancia especial en la esfera internacional. La elección del Papa León XIV, naturalizado peruano, hizo que los ojos del mundo se posaran en esta rica nación del sur de América.
Y en la región Cusco, ubicada al sur del Perú, se encuentra la iglesia de san Pedro. Esta obra de arte del siglo XVI es la iglesia principal de Andahuaylillas, un pequeño pueblo de cinco mil habitantes, ubicado en donde alguna vez hubo un asentamiento inca.
El asombro de una nueva fe

Las paredes de este templo, dedicado a san Pedro Apóstol, son de barro y el exterior es sencillo. En la fachada se observa una capilla abierta en forma de balcón, rasgo común en las iglesias andinas, y un campanario.
Sin embargo, al cruzar el umbral de la puerta, esta iglesia adopta un estilo barroco abrumador. Sus paredes están cubiertas de pan de oro, tallas y murales, realizados en su mayoría por el artista limeño Luis de Riaño.
El techo, casi completamente recubierto, está decorado con motivos naturales; mientras que sus paredes están adornadas con pinturas que retratan la Crucifixión, el bautismo de Cristo, al Arcángel San Miguel y a la Virgen del Rosario, entre otros.

Algunos historiadores sugieren que esta construcción, atribuida al virrey Francisco de Toledo, adoptó este estilo cargado para asombrar a los indígenas recién conversos al catolicismo; y así, facilitar que experimentaran la inmensidad de esa nueva fe que comenzaban a vivir y conocer.

Los tesoros que la componen

El Mural del programa evangelizador es el más famoso de esta iglesia. Se encuentra en la cara interior de la pared de entrada y muestra dos vías: hacia la izquierda, ilustra el camino fácil, que conduce al infierno; mientras que, hacia la derecha, se observa el camino que, con dificultades y sacrificios, lleva al cielo.
El baptisterio, que contiene la inscripción “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén" en cinco lenguas diferentes: latín, español, quechua, aimara y puquina. Esto se debe a que este recinto fue uno de los dos templos que se utilizaron en el Cusco como centros de traducción de las lenguas indígenas. Algunas de estas lenguas, como el quechua, todavía son habladas en ciertas regiones.
El retablo principal. Realizado en madera y recubierto de pan de oro, esta talla barroca destaca a la Virgen del Rosario, que ocupa la parte central, a pesar de que la iglesia está dedicada a san Pedro.

Los dos órganos de tubo de este templo son considerados los más antiguos de América. El principal representa al Rey David y la Reina, y el segundo muestra a un coro de ángeles tocando diferentes instrumentos.
Para visitarlo se puede realizar el "Circuito del Barroco Andino" o viajar cerca de 45 minutos desde la plaza de armas del Cusco.


