Un aspecto interesante de los Evangelios es la diversidad de formas en que se representa a Jesús. Un ejemplo es cómo Jesús es tanto el camino como la puerta a la Vida Eterna.
Otra imagen que se usa con frecuencia es la de Jesús como el Cordero de Dios, pero también como el Buen Pastor. De una forma misteriosa, forma parte del rebaño, pero al mismo tiempo es el Pastor del rebaño.
Cordero y pastor
San Juan Bautista es uno de los primeros en señalarlo cuando proclama: "Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él y dijo: «'He aquí el Cordero de Dios , que quita el pecado del mundo'" (Jn 1,29).
También se le llama con frecuencia el Cordero del sacrificio, como escribe san Pablo: "Limpiad la vieja levadura, para que seáis masa nueva, sin levadura como sois. Porque Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado" (1 Cor 5, 7).
Jesús murió en la cruz precisamente cuando se preparaban los corderos para el sacrificio en el Templo. Todo esto nos recuerda cómo Jesús, plenamente Dios y plenamente hombre, pudo cargar con nuestros pecados y borrarlos con su sangre.
Al mismo tiempo, Jesús es también el Buen Pastor, como Él mismo proclamó: "Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí" (Jn 10,14).

Incluso el Antiguo Testamento está lleno de este tipo de imágenes:
"Porque él es nuestro Dios, nosotros somos el pueblo que él pastorea , las ovejas en sus manos". (Sal 95, 7)
"Aquí viene con poder
el Señor Dios,
quien gobierna con su brazo fuerte;
aquí está su recompensa con él,
su recompensa delante de él.
Como un pastor apacienta su rebaño;
en sus brazos recoge a los corderos,
los lleva en su seno,
pastorea a las ovejas con cuidado". (Is 40,10-11)
Lo que también es interesante es cómo el libro del Apocalipsis fusiona estas dos imágenes, siendo Jesús el Cordero y el Pastor al mismo tiempo:
"Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de agua de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos".
(Ap 7, 17)
Es un recordatorio del misterio de la encarnación de Jesús y de cómo se hizo uno de nosotros, pero también es el camino a la Vida Eterna.
Jesús es nuestro hermano, pero también nuestro salvador.


