El Santuario de Covadonga, en Asturias (España) se prepara para acoger a unos dos mil jóvenes del 4 al 6 de julio de 2025 en la segunda Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ).
La presencia de la reliquia del corazón del beato Carlo Acutis, la representación de un teatro musicalizado sobre la Hermana Claire y talleres sobre cine y paz en la familia son algunas de las novedades de este año.
“En Covadonga, todo va a estar preparado para ofrecerles la oportunidad de encontrar en Jesucristo el amor y la felicidad que buscan”, explica a Aleteia la responsable de difusión de la JEMJ, Beatriz Liaño.

La JEMJ surgió el año pasado como un eco en España del Avivamiento Eucarístico Nacional lanzado por los obispos de Estados Unidos.
Se trataba de una respuesta a una encuesta que indicaba que el 70% de los católicos no creían en la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Covadonga, cuna de la fe
Reavivar la fe en la Eucaristía es precisamente el sentido de esta convivencia veraniega de jóvenes en Covadonga.
La organiza un grupo de laicos de distintas organizaciones católicas, en colaboración con el arzobispado de Oviedo y el emblemático santuario de Asturias.
“Covadonga es mucho más que un santuario -destacan los organizadores-. Juan Pablo II dijo en la Santa Cueva, que visitó al concluir la JMJ de 1989 en Santiago de Compostela: Covadonga es seno maternal y cuna de la fe y de la vida cristiana”.
La JEMJ está abierta a personas de entre 14 y 30 años. El año pasado participaron mil 600 jóvenes y 175 voluntarios, entre ellos numerosos sacerdotes.
Al clausurarla, el arzobispo de Oviedo Jesús Sanz afirmó: “La JEMJ ha sido una gracia de Dios inmensa”.
Jóvenes transformados

La valenciana Ilda Fagundez participó en año pasado y tuvo un encuentro con Cristo en la Eucaristía que ha cambiado su vida.
“Cuando fui a la JEMJ no tenía grandes expectativas sobre ella, pues nunca había acudido a nada parecido”. recuerda.
“Era una chica de diecisiete años que no se caracterizaba por tener mucha fe y mucho menos por vivirla”, reconoce.
“Aun así, fue un antes y un después en mi vida. Fue el momento donde realmente pude ver que el Señor está vivo en la Eucaristía y que me pedía un cambio. Pude experimentar su infinita Misericordia. A raíz de ello empecé a ir a Misa diaria y rezar el Rosario”, explica.
Ahora Ilda se ha apuntado para ayudar. “Este año voy de voluntaria, quiero ser un instrumento para la reconquista más importante: la de los corazones”.
Deborah Sajous es otra de las jóvenes agradecidas con la experiencia que vivió el año pasado en Covadonga.
Ella, sin embargo, no repetirá porque el pasado mes de abril entró en un monasterio de clausura.
“La JEMJ 2024 fue un punto clave en ayudarme responder a mi vocación”, asegura. “Después de participar en ella, recibí la gracia de poder decir: 'El Señor me quiere carmelita descalza'”
Este verano, los participantes de la JEMJ podrán ganar las indulgencias especiales del Año de la Esperanza porque la basílica de Nuestra Señora de Covadonga ha sido designada templo jubilar.
Oración de san Juan Pablo II a la virgen de Covadonga:


