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“Haré todo lo posible para que la paz se extienda”, promete León XIV a los católicos orientales

Pope Leo XIV during his audience with media representatives at the Paul VI Hall in the Vatican, on May 12, 2025.
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I.Media - publicado el 14/05/25
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"La guerra nunca es inevitable", dijo León XIV durante el encuentro con los participantes del Jubileo de las Iglesias Orientales Católicas. Aseguró que "pasarán a la historia quienes siembran la paz [...], no quienes causan víctimas"

Desde el Aula Pablo VI del Vaticano, el nuevo Papa, elegido el 8 de mayo, aseguró que "la Santa Sede está preparada para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos". El 267° Papa también habló extensamente sobre la preservación de las tradiciones orientales dentro de la Iglesia Católica, también en los países de emigración de los fieles de estos ritos.

El Papa León XIV dedicó una de sus primeras audiencias públicas –después de la concedida a los medios de comunicación el 12 de mayo– a los 5 mil fieles y líderes de las Iglesias católicas orientales de todos los continentes llegados a Roma en el marco del Jubileo, el evento de la Iglesia católica que se celebra durante todo el año en la capital italiana. En su discurso de quince minutos, pronunciado en italiano y recibido repetidos aplausos, el Papa denunció la "violencia" y el "horror" que se extiende "desde Tierra Santa a Ucrania, desde Líbano a Siria, desde Oriente Medio a Tigray y al Cáucaso".

"Son personas que mueren en nombre de la conquista militar", lamentó el nuevo jefe de la Iglesia católica, entristecido por las "masacres de tantas vidas jóvenes". Se hizo eco, como lo hizo en su primera aparición pública después de su elección, del llamado de Jesús: "La paz sea con ustedes". Esta paz "no es el silencio sepulcral después del conflicto" ni "el resultado de la opresión", sino "la reconciliación, el perdón, el coraje de pasar página y empezar de nuevo", afirmó.

El pontífice se dirigió entonces a la multitud: "Haré todo lo posible para garantizar que esta paz se difunda". "La Iglesia no se cansará nunca de repetir: que callen las armas", insistió. También ofreció la disponibilidad de la Santa Sede para mediar para que "los enemigos se encuentren y se miren a los ojos". Y lanzar a los dirigentes de las naciones, “con la mano en el corazón”: “¡Reunámonos, dialoguemos, negociemos!”.

"La guerra nunca es inevitable", repetía León XIV, asegurando que "pasarán a la historia quienes siembran la paz [...], no quienes causan víctimas". Nos instó a alejarnos de las "visiones maniqueas" que dividen el mundo "en buenos y malos", afirmando que "los demás no son ante todo enemigos, sino seres humanos: no personas malas a las que odiar, sino personas con las que hablar".

Preservar el “patrimonio inestimable de las Iglesias orientales”

"Sois preciosos", dijo el pontífice a la multitud, recordando el "sufrimiento" padecido a lo largo de la historia por estas comunidades de rito etíope, armenio, siríaco, copto e incluso bizantino, algunas de las cuales celebran en arameo, la lengua de Jesús. León XIV deseaba que estos cristianos tuvieran "la posibilidad, y no solo de palabra, de permanecer en sus tierras con todos los derechos necesarios para una existencia segura".

A lo largo de su discurso citó al Papa Francisco y a Juan Pablo II, pero también extensamente a León XIII –de cuyo nombre tomó el suyo–, el primero en dedicar un documento a estas Iglesias, Orientalum dignitas (1894). Esta carta apostólica abogaba por “la preservación de los ritos orientales”, prescribiendo incluso la expulsión de cualquier misionero que atrajera a un oriental al rito latino.

León XIV subrayó que esta preocupación de hace más de un siglo era "muy actual", dado que muchos orientales que huyen de su tierra "a causa de la guerra y la persecución, la inestabilidad y la pobreza, corren el riesgo, al llegar a Occidente, de perder, además de su patria, su identidad religiosa". "Así se va perdiendo, a lo largo de las generaciones, el inestimable patrimonio de las Iglesias orientales", lamentó el Papa.

En los países de la diáspora, el pontífice animó a "sensibilizar a los latinos" y a crear "circunscripciones orientales" cuando "sea posible y oportuno". Pidió al Dicasterio para las Iglesias Orientales que le ayude a definir principios y normas para apoyar a los católicos orientales emigrantes.

“Transparencia en la gestión de activos”

León XIV invitó a los católicos orientales a conservar sus tradiciones "sin diluirlas ni siquiera por conveniencia, para que no se corrompan por un espíritu consumista y utilitario". "La Iglesia os necesita", insistió, reconociendo en las espiritualidades orientales "el sentido del misterio, [...] el sentido de la primacía de Dios, el valor [...] de la penitencia, del ayuno, de las lágrimas por los propios pecados y por los de toda la humanidad".

El Papa también recomendó a estas Iglesias, algunas de las cuales han afrontado escándalos financieros, "transparencia en la gestión de los bienes". Advirtió contra el apego “a los honores, a los poderes mundanos y a [la] propia imagen, […] a las cosas pequeñas y sin valor”. "El esplendor del Oriente cristiano exige hoy más que nunca ser liberado de toda dependencia mundana y de todas las tendencias contrarias a la comunión", declaró.

Al final de la audiencia, León XIV saludó a los dignatarios de estas iglesias y paseó entre la multitud durante unos veinte minutos. Éste fue uno de sus primeros discursos públicos y su primera participación en los "jubileos".

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