"Permítanme hoy reafirmar la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por buscar y divulgar la verdad, y pedir su liberación", dijo el Papa León XIV a los miles de periodistas que cubrieron el cónclave en Roma el 12 de mayo de 2025. El nuevo Papa también les pidió que trabajaran para "desarmar la tierra" con una "comunicación desarmada y desarmante".
Cuatro días después de su elección, el Papa León XIV concedió una audiencia a todos los periodistas y operadores que habían cubierto el cónclave. En las últimas semanas, además del personal acreditado permanentemente, se han acreditado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede unos 6.000 periodistas y operadores de medios de comunicación. Vienen de 90 países.
A su llegada al gran Aula Pablo VI del Vaticano, el nuevo Papa recibió una larga ronda de aplausos. "Les agradezco el trabajo que han realizado y continúan realizando en este tiempo que es, para la Iglesia, esencialmente un tiempo de gracia", comenzó diciendo.
Volviendo al trabajo de los periodistas presentes en Roma, recordó que "han reportado el dolor ligado a la muerte del Papa Francisco" y luego el cónclave donde fueron "particularmente solicitados en días difíciles". El nuevo jefe de la Iglesia católica agradeció a los medios de comunicación por haber logrado "romper con los estereotipos y clichés a través de los cuales a menudo leemos la vida cristiana e incluso la vida de la Iglesia".
El sufrimiento de los periodistas encarcelados
En su discurso, pronunciado en italiano, el pontífice recordó a los medios de comunicación que su modo de comunicar es "de importancia fundamental". "Debemos decir 'no' a la guerra de las palabras y de las imágenes, debemos rechazar el paradigma de la guerra", subrayó, tras sus primeras palabras como Papa. El jueves pasado, justo después de su elección, el Papa se dirigió a la multitud desde la Logia de San Pedro, lanzando este llamamiento: "La paz esté con todos vosotros".
Ante la prensa, León XIV quiso rápidamente reafirmar la "solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por haber buscado y dicho la verdad, y pedir su liberación". Y aseguró: "La Iglesia reconoce en estos testigos —pienso en quienes cuentan la guerra incluso arriesgando la propia vida— la valentía de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque sólo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres".
En este pasaje, que provocó fuertes aplausos, el 267° Papa confió que "el sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, recordándonos a todos la necesidad de preservar el bien precioso que es la libertad de expresión y de prensa". A finales de 2024, el Comité para la Protección de los Periodistas contabilizó 361 periodistas tras las rejas en todo el mundo.
El desafío de la IA y el desarme de la comunicación
León XIV destacó también el desafío de promover hoy una comunicación capaz de "sacarnos de la 'Torre de Babel'", un mundo donde "reinan confusiones de lenguajes sin amor, a menudo ideológicos o partidistas". En la era de la inteligencia artificial, el Papa insistió en la “responsabilidad” y el “discernimiento” de todos los actores para “orientar las herramientas hacia el bien común”.
Haciendo eco del pensamiento del Papa Francisco, su sucesor instó a los periodistas a adoptar una "comunicación desarmada y desarmadora". Desarmemos la comunicación de todo prejuicio, todo rencor, todo fanatismo y todo odio; purifiquémosla de agresión. "Lo que necesitamos no es una comunicación ruidosa y contundente, sino una comunicación capaz de escuchar, capaz de recoger la voz de los débiles, de los que no tienen voz", pidió, proponiendo, para concluir, que los periodistas "elijan con conciencia y valentía el camino de la comunicación para la paz".
Al final de la audiencia, en un ambiente cálido, el nuevo Papa acudió al encuentro de la prensa internacional. Al encontrarse con una periodista peruana, León XIV le colocó un pañuelo tradicional peruano sobre los hombros, que ella le ofreció. El nuevo obispo de Roma también bendijo a los bebés que algunos periodistas se habían llevado.


