"Para mí es imposible volver atrás", dice Timothée, de 18 años, en su primer año de clases preparatorias para los exámenes de acceso a la escuela de ingeniería. "Utilizo mucho la Inteligencia Artificial. Para resumir las lecciones y hacer fichas, para practicar para los exámenes, para repasar un concepto que no he entendido…"
Para este joven estudiante, la IA es una ayuda, y no es el único. En febrero, Élisabeth Borne, Ministra francesa de Educación, reconoció que "casi todos los estudiantes de secundaria y universitarios utilizan regularmente la IA".
Aunque a los niños pequeños les preocupa menos, no les van a la zaga: según el último barómetro "Infancia en números" de la fundación francesa para niños, publicado el 29 de enero, el 26% de los padres ya han sugerido a sus hijos que utilicen la inteligencia artificial para hacer los deberes en primaria (el 10% de ellos lo hace con regularidad).
La era de ChatGPT

Desde la llegada de ChatGPT a finales de 2022, la Inteligencia Artificial ha entrado en el entorno escolar, y en primer lugar entre los alumnos. Los expertos coinciden en que es necesario regular su uso, pero nadie sabe cómo ni hasta qué punto.
"Hay dos cosas que sabemos con certeza: por un lado, que la IA está siendo utilizada de forma masiva por los alumnos, y por otro, que entendemos muy poco sobre lo que está ocurriendo"
Resumió Pierre-Yves Oudeyer, investigador en ciencias cognitivas e Inteligencia Artificial del Instituto Nacional de Investigación en Informática y Control (Inria), en una conferencia en el Centro Nacional de Estudios de Sistemas Escolares (Cnesco) en noviembre de 2024.

Repensar la educación frente a la IA
"Frente a la IA, las escuelas no saben muy bien a qué atenerse", reconoce Blandine Coudert, profesora de Historia y Geografía en Tours desde hace diez años. Pero urge adaptarse. "Con la posible excepción de los alumnos de sexto, que son bastante concienciados, la IA se utiliza en todas las clases", afirma.
"En el caso de los deberes, hay trampas o plagios sistemáticos con la IA generativa. Muchos alumnos hacen los deberes de buena fe, pero ya no podemos calificar este tipo de ejercicios porque no sabemos si los han hecho o no. La IA puede generar faltas de ortografía, mala sintaxis, por lo que es difícil de detectar y demostrar".
Comprender el uso de Inteligencia Artificial

¿Cómo hacerlo? Para Blandine Coudert, no se puede expulsar la IA de las escuelas, pero éstas deben replantearse su forma de enseñar. Una primera solución sería reservar más tiempo para las evaluaciones, que se harían en la escuela y no en casa, para evitar tener que utilizar la IA. Otra prioridad es explicar a los alumnos cómo funciona la IA.
"Es fundamental que los alumnos entiendan esta herramienta, que comprendan de dónde viene, cómo funciona, sus límites…"
La escuela debe convertirse en un lugar donde puedan aprender a utilizar esta herramienta y desarrollar un enfoque crítico de la misma. Sin embargo, la IA también puede ser útil para los profesores, ahorrándoles tiempo para que puedan volver a centrarse en su actividad principal. Según datos de la IBERO al menos el 20% de los profesores utilizan regularmente la IA.
Existen herramientas para preparar las clases, crear temas de examen y preguntas tipo test, corregir trabajos, etc. Algunas herramientas también facilitan el aprendizaje a determinados alumnos, como los disléxicos, utilizando una foto de la lección para generar un documento con un tipo de letra diferente.
Los riesgos de que todo sea digital
Enfrentarse a la IA, sí; deslizarse hacia "todo digital", no. La IA no puede sustituir al profesor. La transmisión de conocimientos también requiere una relación humana. "Necesitamos urgentemente restaurar la confianza en la inteligencia humana, a través de una enseñanza encarnada que implique relaciones humanas, porque eso es lo que hace crecer a las personas", subraya el profesor de Historia.
Con el pretexto de que la IA es capaz de adaptarse al nivel del alumno, proponer ejercicios y dar correcciones, la relación humana pasa a un segundo plano. Y sin embargo, "avanzamos mucho gracias a las personas", subraya Blandine Coudert. "Una sucesión de ejercicios generados por la IA nunca sustituirá al profesor que se arrodilla junto a un alumno para explicarle lo que no ha entendido. La empatía, los gestos y el toque humano son las claves de la enseñanza", exclama la profesora.


