Los conflictos familiares son una realidad común en la vida de cualquier hogar. Diferencias de opinión, heridas pasadas, expectativas no cumplidas o malentendidos que pueden dañar la convivencia familiar o las relaciones entre padres, hijos, hermanos y cónyuges.
En medio de estas tensiones, las Sagradas Escrituras pueden ser nuestra guía para restaurar la armonía y el amor en la familia. La Biblia, nos ofrece principios prácticos y atemporales sobre el perdón, la empatía, la humildad y la reconciliación.
En este artículo exploraremos cómo los valores y enseñanzas bíblicas pueden ayudarnos a enfrentar y resolver los conflictos familiares, construyendo la paz desde el corazón y fortaleciendo los lazos familiares.

1Hablar con calma las cosas
Todos tenemos algo que decir y compartir los hechos desde nuestro punto de vista, pero en ocasiones al hablar nos alteramos y decimos cosas de las que después podemos arrepentirnos. Por lo que, aquí hay un consejo en Proverbios que te ayudará:
"Una respuesta suave aplaca la ira, una palabra hiriente exacerba el furor". (Prov 15,1).
2Escuchar con atención antes de responder
En una de las cartas de Santiago apóstol, él nos recomienda que antes de perder la paciencia y responder, esperemos a practicar el siguiente consejo:
"Tengan bien presente, hermanos muy queridos, que debemos estar dispuestos a escuchar y ser lentos para hablar y para enojarnos". (Stg 1,19).
3Practicar tres virtudes
Practicar la humildad, la mansedumbre y la paciencia nos llevarán a actuar mejor:
"Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor". (Ef 4,2).

4Ser honesto, pero con amor fraterno
Al hablar con el otro podemos expresar cómo nos sentimos y si hubo algo que nos hirió por parte del otro, siempre y cuando sea con corrección fraterna.
"Por el contrario, viviendo en la verdad y en el amor, crezcamos plenamente, unidos a Cristo". (Ef 4,15).
5Concéntrate en unir y no dividir a tu familia
Como familia es importante mantener la unidad:
"¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!" (Sal 133,1).
6Considerar las perspectivas del otro
Aquí podemos considerar de igual manera los sentimientos del otro:
"No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos.Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás". (Filipenses 2, 3-4).
7Evitar la venganza
Evitar cualquier sentimiento de venganza siempre será la mejor opción:
"No devuelvan a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres".(Rm 12, 17).
8Admitir nuestros errores y orar

Nada como la oración para ayudarnos a reflexionar sobre nuestros errores, así lo explica Santiago:
"Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros, para ser curados. La oración perseverante del justo es poderosa". (Stg 5,16).
9Practicar la misericordia
Ser misericordiosos como el padre nos ayudará a afrontar cada situación:
"Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo". (Col 3,13).
10 Pedir sabiduria al Espiritu Santo
Pidamos al Espíritu que nos ilumine:
"Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio". (Stg 1,5).
11 Tener iniciativa
Finalmente, no dudes en tener iniciativa para acercarte al otro y solucionar el conflicto:
"Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda". (Mt 5, 23 -24).


