El Papa Francisco mostró su afecto por Gaza hasta el final. En un momento en que el sistema sanitario del enclave palestino está al borde del colapso, el Papa tuvo un último gesto simbólico hacia la población antes de su muerte ofreciendo su antiguo papamóvil.
Actualmente se está transformando en una unidad médica móvil. Ayudará a las poblaciones más aisladas y vulnerables del territorio palestino, en particular a los niños heridos y desnutridos, cuando se reabra el corredor humanitario hacia Gaza. "Gracias a este vehículo, podremos llegar a los niños que hoy no tienen acceso a la asistencia sanitaria", dijo Peter Brune, Secretario General de Caritas Suecia, que apoya esta iniciativa.
El vehículo estará tripulado por un conductor y médicos. Actualmente está equipado con material médico, incluidas pruebas rápidas de infecciones, kits de sutura, jeringas y agujas, un suministro de oxígeno, vacunas y un frigorífico para medicamentos.
Una estrecha relación con Gaza
Este gesto está en consonancia con la atención que Francisco presta a los habitantes de la Franja de Gaza, y más concretamente a los católicos. Desde el comienzo del conflicto, el Papa Francisco tuvo la costumbre de llamar regularmente al padre Gabriel Romanelli, párroco católico de la Sagrada Familia, para saber cómo se encontraba.
A pesar de las precarias y peligrosas condiciones en las que vive, el padre Romanelli mantiene la vida espiritual de su comunidad con la adoración eucarística, los laudes, el rosario y la misa diaria. "No es solo un vehículo", insiste Peter Brune. "Es un mensaje poderoso: el mundo no se ha olvidado de los niños de Gaza".
"Este vehículo encarna el amor, el cuidado y la cercanía que Su Santidad ha mostrado hacia los más vulnerables, y que ha demostrado durante toda la crisis", afirmó Anton Asfar, secretario general de Cáritas Jerusalén.


