separateurCreated with Sketch.

¿Los celos nos hacen malas personas o cometer actos malos?

Es normal que ante un mal real suframos sentimientos de aflicción.

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Bogna Białecka - publicado el 03/05/25
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
¿Piensas que eres mala persona por celos? Aquí te decimos cómo leer las punzadas de celos que surgen ante ciertas situaciones y cómo afrontarlas correctamente

Nadie habla de ello en voz alta, pero todo el mundo lo experimenta alguna vez. Una vivencia que puede envenenar el corazón, sobre todo cuando esos celos o envidia se presentan porque los demás tienen más, mejor, más fácil en la vida. ¿Es posible afrontarlo sin fingir que no existe?

Cuando todo a tu alrededor te recuerda que tienes "menos"

La Sra. Anna no vive en la pobreza. Pero cada día se siente peor. Su vecina del piso de abajo presume de los regalos que le hace su hijo desde Estados Unidos, su hija habla de vacaciones de lujo. Y aunque Anna intenta alegrarse de sus éxitos, le vienen a la cabeza pensamientos de los que se avergüenza.

No se trata solo de celos. Es frustración, arrepentimiento, un sentimiento de injusticia. Y al mismo tiempo, remordimiento. Porque, después de todo, no está bien pensar así. Porque no es cristiano.

¿Son los celos un pecado?

Si bien los celos son naturales y surgen de una emoción, es necesario atenderlos y no permitir que nos invadan por completo, ya que es ahí donde puede repercutir en nuestra vida.

¿Por qué es importante? Porque ofrece una perspectiva diferente: la envidia en sí no es mala. Se vuelve mala cuando empezamos a regodearnos en ella, a hilar escenarios negros, a difamar o…. tratar de quitar a los demás lo que tienen.

¿Cómo entender tus celos?

Veamos los hechos. Los celos no suelen ser una emoción "primaria". Detrás de ella hay otras emociones: tristeza, ira, decepción, soledad. Pregúntate: "¿Qué me estoy perdiendo realmente?".

Volvamos a la Sra. Anna. Con el tiempo, se dio cuenta de que lo que le dolía no era el dinero ni las vacaciones, sino el hecho de que su hija -aunque ingeniosa e independiente- no cuidara de ella como le hubiera gustado. No le ofrecía salir juntas, no le hacía regalos. ¿Y la vecina? Sí, recibe paquetes, cartas, invitaciones.

Y de repente se produce un cambio. Anna ya no quiere que "el vecino empeore". En lugar de eso, quiere reconstruir la relación con su hija. Le agradece todo lo bueno que ha hecho, le pide disculpas por sus reproches anteriores. Empieza a ver lo que antes no quería ver.

Los celos como señal

Los celos pueden ser una señal: igual que un dolor de cabeza te dice que es necesario descansar más y tomar más agua, los celos pueden indicarte que te falta algo importante en la vida: relaciones, reconocimiento, sentido de la vida.

Y lo que es más, pueden incitarte a actuar.

Pregúntate:

¿Hay algo que pueda hacer para conseguirlo?
¿Puedo pedir lo que necesito?
¿Puedo cambiar mi forma de pensar sobre mí mismo?

Compararse con los demás: un camino directo a la infelicidad

Los celos a menudo surgen de las comparaciones. Y éstas, en la era de las redes sociales, son totalmente inevitables. En Instagram vemos madres, hijos y hogares "perfectos".

¿Un ejemplo? Karolina, una joven madre. Sigue a una influencer que "lo tiene todo bajo control". - niños que responden a todos los métodos de crianza, una casa limpia, cocina diaria. Y aunque Karolina cree que esto es sólo una parte de la realidad, se siente inferior. Se siente celosa. Y… sufre.

Por lo tanto, limitemos las redes sociales. Busquemos figuras de autoridad en la realidad, no sólo en una pantalla. Confiemos en las personas que muestran la vida tal y como es.

Cuando los celos se vuelven peligrosos

angry-men

Los celos también pueden adoptar una forma morbosa. Hablamos del Síndrome de Otelo: celos delirantes que suelen ir asociados a la adicción al alcohol o las drogas.

Una persona afectada por este trastorno ve la "traición" en todas partes. Puede ser agresivo e incluso peligroso para la persona de la que tiene celos. Ya no es una "exageración", es una enfermedad. Y hay que tratarla.

¿Qué podemos hacer ya hoy?

Los celos no tienen por qué dominarnos. Pueden servirnos de brújula. ¿Cómo?

Nombra lo que envidias.
Piensa qué hay detrás: ¿falta de relaciones? ¿Reconocimiento? ¿amor?
A ver si puedes hacer algo al respecto.
Practica la gratitud: escribe 3 cosas por las que estés agradecido cada día.
Limita las comparaciones con los demás, especialmente a través de las redes sociales.
Habla - honestamente, sin acusaciones.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.