En la Iglesia Católica, el momento en que un nuevo papa es elegido representa no solo un cambio de liderazgo, sino también el inicio de una profunda transformación espiritual.
Uno de los gestos más significativos de este proceso es la elección de un nuevo nombre, un acto cargado de simbolismo y tradición que refleja la misión, la inspiración y el enfoque del pontífice electo.
Descubre más sobre el origen de esta tradición en el siguiente video.


