Como Iglesia, estamos llamados a orar por el próximo cónclave. Ante la inminente elección de un nuevo sucesor de san Pedro, nos recogemos en oración, pidiendo al Espíritu Santo que guíe con sabiduría y discernimiento a los cardenales electores.
Que nuestra plegaria acompañe este tiempo de espera y esperanza, confiando en que los cardenales serán iluminados por el Espíritu Santo para elegir al nuevo líder de la Iglesia.


