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Una gran multitud visita la tumba del Papa Francisco

Some photos of Pope Francis' tomb at the Basilica of Saint Mary Major, Sunday, April 27, 2025
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Camille Dalmas - publicado el 27/04/25
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Al día siguiente del funeral del Papa Francisco, un gran número de fieles acudió a su tumba en Santa Maria Maggiore para presentar sus respetos

Una larga fila de peregrinos rodea la basílica de Santa María la Mayor. El día anterior, el Papa Francisco fue enterrado en privado en la basílica mariana. En este domingo soleado, un flujo ininterrumpido de fieles acude a ver la tumba del Papa argentino.

Verónica, una mujer originaria de Milán, que acudió el día anterior con un grupo de su parroquia, explica que lleva más de dos horas esperando. "No soy muy joven, pero no quiero perder esta oportunidad de presentar mis respetos al Papa", dice. Muestra orgullosa la pancarta de su parroquia, dedicada a la Divina Misericordia: "Hoy es la fiesta de la Divina Misericordia, y después de las lágrimas de ayer, hemos venido a dar las gracias al Señor, gracias por este Papa bueno".

Tras atravesar las puertas de seguridad, la fila de personas llega al interior de la basílica y se une a la atmósfera de recogimiento que allí reina. Los fieles recorren lentamente la nave norte. Justo antes de la Capilla Paulina -famosa por albergar el icono Salus populi Romani, tan querido por el Papa argentino- se encuentra la tumba de Francisco. Sobre la losa, grabada con su nombre en latín -Franciscus-, hay una sencilla rosa blanca, expresión de su devoción a Santa Teresa del Niño Jesús.

Some photos of Pope Francis' tomb at the Basilica of Saint Mary Major, Sunday, April 27, 2025

La tumba está protegida por una valla, y detrás de ella, miembros de la gendarmería vaticana se aseguran de que nadie se detenga. Pero no sienten la necesidad de intervenir cuando una monja, visiblemente emocionada, se toma unos segundos de más para rezar delante de la gran losa de pizarra. Los gendarmes, en cambio, tienen mucha menos piedad de quienes sacan sus teléfonos.

"Es una pena, nos gustaría quedarnos más tiempo para rezar", dice Daniela con pesar al pasar ante la tumba. Sin ninguna amargura: "Tiene que haber para todos, lo comprendo. Volveré, voy a echar mucho de menos a este Papa". Y, atrapada por la corriente, esta salvadoreña afincada en Roma ya se encamina hacia la salida.

Un poco más allá, Carmela Mancuso, también conocida como "la señora de las flores amarillas", reza de rodillas en la nave de la basílica. El pasado mes de marzo, estuvo a punto de convertirse en una celebridad cuando el Papa Francisco, al salir del hospital, la felicitó al ver el hermoso ramo que la anciana le había llevado. Ahora grandes lágrimas corren por sus mejillas y por sus dos manos entrelazadas.

El ambiente fuera de la basílica es casi festivo. Un gran número de jóvenes se encuentra en Roma para participar en el Jubileo de la Juventud que se celebra este fin de semana. El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo emérito de Viena, apenas había escapado de una multitud de periodistas cuando una multitud de monjas asiáticas se abalanzó sobre él, provocando la hilaridad del austriaco. Finalmente consiguió llegar a las puertas de la basílica para visitar la tumba de Francisco.

Guillaume, que había venido de Lorient con su esposa Marie y sus cinco hijos, se tropezó con él y se encontró en la explanada. Había venido para la canonización de Carlo Acutis, "pero el Señor decidió otra cosa", dice. La canonización del milanés debía ser el momento culminante del Jubileo de la Juventud. Pero como solo el Papa puede celebrar una canonización - o posiblemente delegarla - se pospuso a la espera de la elección del 267º Papa. La pequeña familia francesa no está decepcionada: "Todo es gracia, así que hemos mantenido nuestro viaje", explica Guillaume con una gran sonrisa.

Por la mañana, los siete se dirigieron a la plaza de San Pedro para asistir a la segunda misa novendial -misa de duelo por el pontífice-, celebrada por el cardenal Pietro Parolin. Después se dirigieron a Santa María la Mayor para cruzar la Puerta Santa y visitar la tumba del Papa Francisco. Fue un momento "emocionante", dice Guillaume. "¡Un hombre tan grande en un espacio tan pequeño!" Es cierto que el nicho en el que descansa el Papa es pequeño. "La sencillez de la tumba refleja en cierta medida la historia de su vida y lo que quería para nosotros: una Iglesia que va a las periferias y se hace pobre entre los pobres", señala.

En la basílica mariana, se unieron a la familia un centenar de cardenales que habían acudido para participar en las Vísperas organizadas para el Papa Francisco. Así que se quedaron para acompañarles en la oración. "Me parece muy bonito, porque uno de ellos va a ser el sucesor de Pedro", dice Guillaume. Esperando una "hermosa elección", explica que reza "para que los cardenales estén abiertos al Espíritu Santo, para que el Espíritu Santo les inspire".

La sepultura del Papa Francisco

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