Después de una procesión fúnebre de media hora por las calles de Roma, desde la Basílica de San Pedro, el ataúd del Papa Francisco llegó a la Basílica de Santa María la Mayor poco antes de la 1 de la tarde, el 26 de abril de 2025, para su entierro. Según su última voluntad, el Papa debía ser enterrado allí bajo una sencilla piedra en la que estaría grabada una sola palabra: “Francisco”. La basílica permanecerá cerrada el resto del día para este entierro, que se realiza de forma privada, y no se abrirá al público hasta mañana domingo.
Tras un recorrido de seis kilómetros, recibido por 150 mil personas que formaron una fila de homenajes a su paso, el féretro del 266º Papa llegó a la plaza frente a la basílica mariana y fue descargado de su papamóvil, matrícula SCV 1, como es habitual para el Papa. Francisco fue recibido con el sonido de una campana por un grupo de unas cuarenta personas en situación precaria, entre ellas personas sin hogar y refugiados.

En la basílica, los 14 portadores, vestidos con trajes y guantes blancos, condujeron el féretro de Jorge Mario Bergoglio hasta los pies del icono de la Salus populi romani (Salvación del pueblo romano), al que él sentía un afecto particular. Los niños depositaron luego flores, como lo ha hecho el Papa Francisco durante las más de 120 visitas que ha realizado a esta Virgen en sus doce años de pontificado. Una imagen que resonó como saludo final del Papa argentino a aquel a su lado que ahora descansará.
El ritual del entierro de un Papa
Luego la transmisión en directo por los medios del Vaticano fue interrumpida, ya que el entierro era una ceremonia privada. Según el ritual, esta liturgia comienza con una procesión al ritmo de los salmos hasta el lugar de sepultura previsto, en la nave lateral izquierda, entre la Capilla Paulina (capilla que alberga la Salus Populi Romani, un icono muy querido por Francisco) y la Capilla Sforza de la basílica.
El cardenal camarlengo, vestido con una capa roja, preside una última oración por el alma del difunto sucesor de Pedro. Esta breve celebración incluye intercesiones por el descanso de los difuntos así como el rezo del Padrenuestro.
Luego, el féretro de madera, que recubre el ataúd de zinc, se imprime con los sellos del Camarlengo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y del Capítulo de la Basílica de Santa María la Mayor (o capítulo “liberiano”, formado por 12 sacerdotes que prestan servicio a la basílica).
El ataúd se coloca en la bóveda y se rocía con agua bendita mientras se canta el himno Regina Coeli . El notario del Capítulo de la Basílica redacta luego el acta auténtica de la sepultura y la lee delante de los presentes. El Cardenal Camarlengo, el Regente de la Casa Pontificia, el Maestro de las Celebraciones Pontificias y el notario firman el documento que da fe de la sepultura.
La tumba será instalada por la tarde, mientras la basílica permanecerá cerrada. Según sus últimos deseos, el entierro de Jorge Mario Bergoglio debía ser “en la tierra; sencillo, sin ninguna decoración particular, y con la única inscripción: Franciscus”.
Estas son las imágenes difundidas por el Vaticano:

Los presentes en el entierro
Nueve cardenales rodearon al Papa Francisco para su entierro: el camarlengo Kevin Farrell, el decano del Colegio Cardenalicio Giovanni Battista Re, el estadounidense Roger Michael Mahony, el protodiácono francés Dominique Mamberti, el arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor Stanisław Ryłko, el arcipreste coadjutor Rolandas Makrickas, el ex secretario de Estado Pietro Parolin, el vicario de Roma Baldassare Reina y el capellán pontificio Konrad Krajewski.
Estuvo presente también el Sustituto de la Secretaría de Estado, Mons. Edgar Peña Parra, el Vicecamarlengo, Mons. Ilson de Jesús Montanari, el Regente de la Casa Pontificia, Mons. Leonardo Sapienza, los canónigos y confesores de Santa María la Mayor y los secretarios del Papa Francisco.
Reapertura a los fieles y peregrinación de los cardenales
La Basílica de Santa María la Mayor volverá a abrir al público mañana domingo por la mañana, permitiendo a los primeros fieles que lo deseen acercarse a presentar sus respetos ante la tumba de Francisco.
El domingo por la tarde, a las 16.00 horas, los cardenales tienen previsto realizar una peregrinación a la tumba del Papa Francisco. Durante este tiempo de visita a la Basílica Mariana, deberán cruzar la Puerta Santa del edificio y dirigirse a la tumba del pontífice. Luego deben visitar la Capilla Paulina, que custodia el icono de la Salus populi romani , querido por el Papa Francisco. Concluirán este momento con el rezo de vísperas.
Estas son algunas imágenes de la Misa funeral:


