¿Quiénes son los papas enterrados en Santa María la Mayor?

El Papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025, eligió no descansar en la Basílica de San Pedro como la mayoría de los papas, sino ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor. Muy apegado a esta iglesia de Roma, acudía a rezar allí con gran regularidad, más de cien veces durante su pontificado. «Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen, en espera del día de la Resurrección, en la Basílica Papal de Santa María la Mayor», escribió el difunto Papa en su testamento espiritual. Espero que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiquísimo santuario mariano, donde fui a rezar al principio y al final de cada viaje apostólico, para encomendar con confianza mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su maternal y dócil solicitud. Según su voluntad, su cuerpo reposará en el lóculo de la nave lateral de la basílica, entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani ) y la Capilla Sforza de la mencionada Basílica Papal. Será el 117º Papa en ser enterrado fuera del Vaticano, y el octavo en elegir Santa María la Mayor como su lugar de descanso final.

El 182º Papa jugó un papel fundamental en el desarrollo de la Orden Dominicana, validando la Regla de Santo Domingo con la bula Religiosam Vitam (1216), y en el de la Orden Franciscana con la bula Solet annuere (1223), reconociendo la Regla de san Francisco de Asís. Lanzó la Quinta Cruzada, de acuerdo con una petición hecha por el Concilio de Letrán en 1215. También fue, en el marco de una alianza con el rey francés Luis VIII, un ferviente partidario de la Cruzada Albigense, para luchar contra la herejía cátara.

Ex Ministro general de los franciscanos, Jerónimo de Ascoli fue elegido Papa con dificultad con el nombre de Nicolás IV después de un cónclave que duró más de diez meses. Sus cuatro años de pontificado estuvieron notablemente marcados en 1289 por el reconocimiento de la Tercera Orden Franciscana y por la fundación de la Universidad de Montpellier.

El 225º Papa dejó su huella en la historia de la Iglesia al aplicar rigurosamente las decisiones del Concilio de Trento y al generalizar el rito tridentino, conocido todavía hoy como "rito de san Pío V". Este monje dominico, mucho más austero que sus predecesores, insistió en conservar el hábito blanco de su orden y está así en el origen de la sotana blanca que suelen llevar los papas.

Sus seis años de pontificado estuvieron marcados por una recuperación moral y una expansión misionera de la Iglesia. A este pontificado relativamente breve pero muy denso se asocian también la publicación de un Catecismo en 1566, de un breviario en 1568, la creación de la Congregación del Índice en 1571 y la victoria de Lepanto contra los turcos en el mismo año. Es el único de los pontífices enterrados en Santa María la Mayor que ha sido beatificado y canonizado.

El 227º Papa, comúnmente conocido por los historiadores como "Sixto V", fue un Papa constructor. Sus cinco años de pontificado estuvieron marcados por importantes obras cuyo impacto se siente todavía hoy en Roma, incluyendo el traslado del obelisco de la Plaza de San Pedro y la finalización de la cúpula de la Basílica de San Pedro, así como la apertura de importantes arterias que convirtieron la Basílica de Santa María la Mayor en el centro de Roma.

Fue también el artífice de una modernización del Estado Pontificio a nivel jurídico y canónico. En 1586 fijó el número de cardenales en 70, estableciendo también la lista de iglesias romanas atribuidas a ellos. Permaneció vigente hasta el siglo XX. Sixto V también promulgó la primera Constitución apostólica que regía la organización de la Curia Romana, Immensa Aeterni Dei (1588).

El reinado de este Papa estuvo marcado especialmente por la conversión del rey de Francia Enrique IV, que pondría fin a tres décadas de guerra religiosa, pero también por la ejecución de Giordano Bruno en la plaza del Campo dei Fiori , que sigue hoy cristalizando la oposición de la Roma anticlerical al "absolutismo papal". Esta ejecución tuvo lugar en pleno Jubileo del año 1600, que atrajo a tres millones de peregrinos a Roma. Clemente VIII fue enterrado primero en la Basílica de San Pedro, pero su ataúd fue trasladado a Santa María la Mayor en 1646.

Paradójicamente, este Papa, cuyo nombre está grabado en el frontón de la Basílica de San Pedro, cuya construcción terminó en 1612, no está enterrado allí. Este Papa, estuvo en particular en el origen del Archivo Secreto Vaticano y en un fortalecimiento del derecho canónico, sobre todo en el sentido de un gobierno eficaz de los obispos en sus diócesis, poniendo fin así a la acumulación de cargos simbólicos. Fue también él quien estableció los primeros contactos con Japón. Cabe señalar que la línea de los Papas Pablos se interrumpió durante 332 años, hasta la elección en 1963 de Giovanni Battista Montini que eligió el nombre de Pablo VI.

Este Papa de corto reinado dejó una huella en la historia al estar en el origen de la “Paz Clementina”, vinculada a su mediación en 1668 durante la Guerra de Devolución que enfrentó a Francia, Inglaterra, España y Holanda. Este artista y poeta, apasionado de la ópera para la que escribió libretos, fue también un hombre cercano a los pobres, a los que amaba confesar como un simple sacerdote. También fue responsable de la construcción de las columnatas de Bernini y de la instalación de los ángeles en el Puente Sant'Angelo.

Aunque hay que remontarse 355 años para encontrar un Papa que haya elegido ser enterrado en Santa María la Mayor, la petición del Papa Francisco de tener su entierro fuera del Vaticano no marca en sí una ruptura en la historia de la Iglesia, ya que así fue con 116 de sus predecesores. Ocho de ellos están enterrados en Francia, debido en particular al exilio del papado en Aviñón, siendo el último el beato Urbano V (1362-1370), enterrado en la abadía de Saint-Victor en Marsella.

La reciente visita del Papa Francisco a la ciudad brindó la oportunidad de reflexionar sobre el confuso destino del ataúd del Papa, que probablemente fue profanado y perdido durante los disturbios revolucionarios. Recién en 1980 se instaló en esta abadía un sencillo molde de la figura yacente de este Papa, para darle un entierro simbólico.

La gran mayoría de los papas descansan naturalmente en Roma, pero están repartidos en varias iglesias. El último Papa no italiano antes de Juan Pablo II, el efímero Adriano VI (1522-1523), considerado holandés o alemán porque su ciudad natal, Utrecht, formaba parte entonces del Sacro Imperio Romano Germánico, descansa en la iglesia de Santa Maria dell'Anima.

El Papa Pío IX, "prisionero del Vaticano" tras la caída de los Estados Pontificios en 1870, pidió ser enterrado en la Basílica de San Lorenzo Extramuros, situada a unos seis kilómetros del Vaticano. El paso del cortejo fúnebre tras su muerte en 1878 se desarrolló en un clima de violentos disturbios e insultos anticlericales. El caso de su sucesor León XIII es especial: fue enterrado inicialmente en la Basílica de San Pedro a su muerte en 1903, luego su ataúd fue trasladado en 1924 a la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis de Roma. Por otra parte, en la Basílica de San Pedro permanecieron los cuerpos de sus sucesores, desde San Pío X, fallecido en 1914, hasta Benedicto XVI, fallecido en diciembre de 2022, casi diez años después de su renuncia al ministerio petrino.