Desde la inauguración de su pontificado –celebrado seis días después de su elección, en la Solemnidad de san José, el 19 de marzo del 2013– el Santo Padre Francisco perfiló un pontificado con un claro y profético acento social que vino a concretar en lo que podría llamarse su ‘carta de presentación’. Estamos hablando de su primera Exhortación apostólica, Evangelii Gaudium, sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual (24 de noviembre de 2013), cuyo texto es fruto del trabajo realizado en el Sínodo de los Obispos, en su XIII Asamblea general ordinaria, celebrada en la Santa Sede, del 7 al 28 octubre del 2012. El capítulo cuarto de esta Exhortación versa sobre la dimensión social de la Evangelización. Ahí, el Papa nos instruye:
“Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios. Pero ‘ninguna definición parcial o fragmentaria refleja la realidad rica, compleja y dinámica que comporta la evangelización, si no es con el riesgo de empobrecerla e incluso mutilarla’ [Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, n. 17]. Ahora quisiera compartir mis inquietudes acerca de la dimensión social de la evangelización precisamente porque, si esta dimensión no está debidamente explicitada, siempre se corre el riesgo de desfigurar el sentido auténtico e integral que tiene la misión evangelizadora” (Evangelii Gaudium, n. 176).
Su magisterio social
Derivado de tal visión, el magisterio social del Papa Francisco es rico, abundante y profético. Se encuentra diseminado en miles de intervenciones, tales como: mensajes posteriores al rezo del Angelus y Regina Caeli, mensajes en Audiencias públicas, bulas, cartas, Cartas apostólicas, Constituciones apostólicas, discursos, homilías, mensajes, Motu propios, meditaciones, e incontables mensajes personales; con una amplia variedad de temas, coyunturalmente históricos, como la deuda externa, la pobreza, guerra, violencia y el terrorismo; la economía, migración, trabajo, el medio ambiente; la salud, educación, los derechos y obligaciones humanas, el Estado de derecho y la política, la búsqueda y promoción del Bien común, solidaridad y subsidiaridad, entre muchos otros temas de índole social.
Mención aparte merecen los documentos sociales explícitos, como la Carta Encíclica Laudato si', sobre el cuidado de la casa común; la Carta Encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social (3 de octubre de 2020), y la Exhortación apostólica Laudate Deum, sobre la crisis climática (4 de octubre de 2023).

Su testimonio social
Pero más allá de las palabras, en su expresión oral y escrita, el magisterio social del Papa Francisco fue, ante todo, testimonial y vivido a "ras del suelo", con genuinas expresiones que manifiestan el amor, la solidaridad, la defensa y la promoción de las personas que habitan las periferias existenciales de nuestras sociedades secularizadas.
El Papa fue consciente de que el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo no es un código moral a observar, sino Palabra viva que tiene poder para transformar el mundo entero por obra el Espíritu Santo, en la caridad cristiana vivida por los caminos de la historia humana.
Ante este inmenso tesoro y bendición que nos legó el Santo Padre Francisco, no podemos sino agradecer al Señor por darnos en él al Papa que nos confirmó en la fe, al maestro que nos instruyó en la verdad, y al Pastor con olor a oveja que nos apacentó con cuidado y rigor.

