103 años de vida, 79 como sacerdote y 64 como obispo. El obispo José de Jesús Sahagún de la Parra parece haber batido todos los récords. Obispo emérito de Ciudad Lázaro Cárdenas, ciudad portuaria de Michoacán, en el sur de México, es oficialmente el obispo más anciano del mundo. Ordenado sacerdote en 1946, Mons. Sahagún de la Parra fue nombrado más tarde obispo de la diócesis de Tula por… ¡San Juan XXIII!
Es el último obispo ordenado por el "Papa bueno" que sigue vivo. Testigo de la historia de la Iglesia, el prelado asistió incluso a todas las sesiones del Concilio Vaticano II entre 1962 y 1965. Solo cuatro de los casi 2 mil 500 obispos que participaron en el último Concilio siguen vivos hoy, entre ellos, además de Mons. Sahagún de la Parra, Mons. Victorinus Youn Kong-hi, Mons. Francis Arinze y Mons. Daniel Alphonse Omer Verstraete.
La Eucaristía le mantiene fuerte y alegre

El arzobispo Sahagún de la Parra, discreto durante toda su vida episcopal, trabajó entre bastidores con infatigable dedicación cuando su recién creada diócesis de Tula contaba con pocos fieles. Su papel en el desarrollo de esta diócesis le ha valido el título de "gran constructor".
Hurtado, actual arzobispo de Tlalnepantla y antiguo seminarista de la diócesis de Tula: ordenando la construcción de iglesias y estructurando una red de parroquias, Mons. Sahagún de la Parra consiguió sentar unas bases sólidas para el crecimiento espiritual y administrativo de su diócesis, que hoy cuenta con unas cincuenta parroquias. Bajo su episcopado nacieron vocaciones y se creó un seminario mayor para remediar cierta aridez en la evangelización.
Amor a la Eucaristía
Mons. Sahagún de la Parra también se ha dedicado a diversos proyectos de justicia social, fomentando y financiando la construcción de pequeñas casas para que los habitantes más pobres puedan vivir en condiciones dignas, según informa la Agencia Católica de Noticias. Pero lo que caracteriza sobre todo a Mons. Sahagún de la Parra es su amor a la Eucaristía: todos los días, a pesar de su avanzada edad, el prelado celebra Misa en la residencia de ancianos donde vive.
Fiel a la discreción de la que ha hecho gala toda su vida, no concede entrevistas, pero "celebra la Eucaristía todos los días", según han explicado a ACi Prensa las hermanas diocesanas de Nuestra Señora de los Ángeles. "Esta es una de las razones que lo mantiene fuerte y alegre", agregaron las religiosas. "Nos ha invitado a vivir con alegría, a ser generosos en nuestras vidas, a vivir en paz y a pedir siempre a Dios su fortaleza", dijeron.


