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En la actualidad, los videojuegos se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares entre los niños y adolescentes. Muchos padres dejan a sus hijos jugar con un fin lúdico, pero ¿en verdad es meramente lúdico?
Con el auge de la tecnología y la accesibilidad de plataformas digitales, millones de niños alrededor del mundo dedican horas a los videojuegos, que van desde temáticas educativas hasta complejas experiencias de acción.
Aunque este fenómeno ha traído consigo beneficios para el desarrollo educativo, también ha generado preocupación sobre sus efectos negativos.
Efectos nocivos en el cerebro

El impacto de los videojuegos en los niños involucra tanto aspectos positivos como riesgos potenciales, tales como el sedentarismo, el aumento de la agresividad, estrés y ansiedad hasta la adicción.
Para muchos expertos, este ha sido un importante tema de estudio. Algunas investigaciones muestran que pasar horas delante de una pantalla afecta la corteza prefrontal, la cual es encargada de la toma de decisiones, planificación, así como del desarrollo de habilidades. Cabe destacar que la corteza prefrontal concluye su maduración hasta la edad aproximada de 25 a 30 años.
Por si fuera poco, la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha declarado que la adicción a los videojuegos es considerada una enfermedad mental, repercutiendo en el comportamiento y en la salud mental en cientos de niños.
Algunos comportamientos que los padres pueden distinguir en un niño con adicción a los videojuegos son:
Aislamiento social: el niño prefiere pasar más tiempo jugando videojuegos que interactuando con amigos o familiares.
Irritabilidad y ansiedad: el niño se muestra irritable, frustrado o ansioso cuando se le limita el tiempo de juego.
Cambios en el sueño: dificultades para dormir, insomnio o sueños interrumpidos debido al uso de pantallas antes de dormir.
Pérdida de interés en otras actividades: el niño pierde interés por actividades que antes disfrutaba, como deportes o pasatiempos.
Problemas académicos: disminución en el rendimiento escolar debido a la falta de concentración o el abandono de tareas por estar jugando.
¿Qué pueden hacer los padres por sus hijos?

Si bien los videojuegos no son completamente malos, es fundamental que los padres establezcan límites claros para garantizar un uso saludable. Aquí algunas recomendaciones clave:
1Establecer horarios
Los padres deben establecer un límite claro de tiempo para jugar videojuegos. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños de entre 2 y 5 años no pasen más de una hora diaria frente a las pantallas, mientras que los niños mayores deben tener tiempo de pantalla limitado a dos horas al día. Es importante que los padres sean consistentes con estas reglas.
2Dopamina real
Promueve actividades al aire libre en tus hijos, como salir a dar un paseo al parque con amigos y no te olvides de las actividades que promuevan su desarrollo cerebral, como construir legos, colorear o bien los juegos de mesa en familia.
3Supervisar el Contenido de los Videojuegos
Los padres deben estar al tanto del tipo de videojuegos que sus hijos están jugando. Es importante elegir juegos apropiados para la edad, evitando aquellos con contenido violento o inapropiado. Además, las consolas modernas ofrecen herramientas de control parental que permiten regular el tiempo de juego y el acceso a ciertos contenidos.


