Campaña de Cuaresma 2025
Este contenido es gratuito, como todos nuestros artículos.
Apóyanos con un donativo y permítenos seguir llegando a millones de lectores.
En el Evangelio del día, Jesús nos invita a renunciar a nosotros mismos, cargar nuestra cruz de cada día y seguirle. Seguir a Cristo no solo es creer en Él; sino vivir como Él vivió: amando, perdonando y confiando en la voluntad de Dios. La cruz no es el final, sino el camino hacia la vida eterna.
Jesús nos pregunta: ¿vas a cargar tu cruz o seguirás viviendo solo para ti mismo?
En la reflexión que el padre Giovanni hace, nos comparte:
¿Estás dispuesto a seguir a Jesús, aunque cueste?
Jesús les dice a sus discípulos algo que los deja desconcertados:
"El Hijo del Hombre debe sufrir mucho, ser rechazado, ser entregado a la muerte y resucitar al tercer día."
Ellos esperaban un Mesías glorioso, pero Jesús les muestra un camino de sacrificio y cruz.
Y luego añade una invitación radical:
"El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue su cruz cada día y me siga."
Aquí está el verdadero desafío de la fe: seguir a Cristo no es solo creer en Él, es vivir como Él.
No basta con llamarnos cristianos, hay que estar dispuestos a cargar la cruz.
Jesús nos llama a dejar de vivir solo para nosotros.
Renunciar no significa perder la identidad, sino poner nuestra vida en las manos de Dios.
No es vivir según nuestras comodidades, sino según su voluntad.
La cruz no es solo un símbolo, es una forma de vida.
Porque la cruz no es el final, sino el camino a la resurrección.
Jesús lo deja claro:
"El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la salvará."
Podemos ganar muchas cosas en este mundo, pero si perdemos nuestra alma, nada vale la pena.
Hoy Jesús te pregunta: ¿Vas a cargar tu cruz o vas a seguir viviendo para ti mismo?


